Inspiradas en la admirable vida de Santa Genoveva Torres Morales, popularmente conocida como el Ángel de la Soledad, un grupo de servidoras de Dios llevan alrededor de 15 años en el estado Lara brindando cobijo a las personas mayores que requieren del afecto y atención que en sus hogares, por distintas razones, no pueden recibir.
La mañana de ayer esta congregación conocida como las Religiosas Angélicas, anunció con beneplácito la inauguración de una nueva sede de la Casa Hogar Santos Ángeles, en la que desde ya son atendidas nueve señoras, quienes cuentan con las tres comidas diarias, servicio de lavandería y limpieza de habitación.
Desde su llegada a la ciudad estuvieron trabajando en una casa ubicada al lado de la Iglesia Consolación de Santa Elena, pero gracias al aporte bondadoso de la colectividad larense y labores de la hermandad religiosa, fue posible concretar un proyecto del año 2009 que se había postergado por el declive económico venezolano.
La nueva edificación cuenta con la capacidad de alojar a 36 adultos mayores, posee áreas comunes, salón de usos múltiples en los que podrán realizarse distintas actividades de entretenimiento y una capilla en la que esperan celebrar la eucaristía de manera constante.
“Esto se hace por Dios (…) Buscamos atender, brindarle cuidado y cariño a quienes más lo necesitan sin fines de lucro”, expuso la directora de la institución, Aurora Martínez.
Tiene un valor incalculable
Es de resaltar la labor filantrópica de un grupo de personas organizadas en la Asociación Civil Voluntarias Cooperadoras Angélicas, la cual presta su apoyo para el mantenimiento de este centro de acopio, atendiendo el llamado del evangelio.
“Esto tiene un valor incalculable (…) Estas personas con su lucha y su trabajo hacen posible una obra tan maravillosa”, aseveró la presidenta del voluntariado, Carmen Alicia Carmona, al mismo tiempo que explicó que esperan mantenerse con la ayuda de la colectividad pues la situación de escasez de alimentos afecta la subsistencia de este tipo de establecimientos.
“Usted va a llevar a una persona para cualquier casa hogar y no la aceptan porque no tienen como darle alimento y aquí se está haciendo un esfuerzo inmenso para lograr eso”, reiteró.
“Me he sentido muy feliz”
Los familiares de María Cecilia Mendoza siempre estaban ocupados “en sus cosas” y ella no quería estar sola, por lo que hace siete años decidió hospedarse con las Hermanas Angélicas, lo que considera como una decisión acertada.
“Me he sentido muy feliz (…) Aquí me atienden muy bien, siento cariño. A pesar de la escasez aquí nos alimentan muy bien”, puntualizó.