Colores y realidades sociales dan forma a la XXXIII Muestra Expositiva de la Corporación de Turismo del Estado Lara (Cortulara), que toma los espacios del Antiguo Palacio de Gobierno.
Los autores de las obras que serán expuestas hasta mediados de septiembre, son Carlos Vallenilla y José Antonio Hernández, propuestas que aunque opuestas, son expresión de la realidad y el talento artístico del estado.
La experiencia y la juventud, el drama social y el color, entre lo real y lo pop, se expone en el Antiguo Palacio de Gobierno, en donde disponen de espacios para ofrecer al público larense interesantes exhibiciones.
Forma y Color
Vallenilla, conocido por su trabajo en madera intervenida y abundante uso de los colores vivos, se presenta en esta edición de Muestra Expositiva, con una propuesta titulada Forma y color, cuyo símbolo principal es su ya conocida cereza.
Al estilo neo-pop, el artista mantiene la intención de trasmitir vida, alegría y pasión, a través de frutas, también emblemas de frescor. Piezas pulidas y coloridas, que evocan una manera particular y bastante personalista del artista al momento de ver la vida.
En la muestra, además de color, destacan las texturas logradas a través material reciclado, canutillo y hojilla de oro, entre otros materiales.
Declaró su afinidad hacia la corriente artística neo-pop, así como la influencia del trabajo de Andy Warhol en su estilo.
El negro y el blanco no tienen cabida en su trabajo, pero sí el rostro de Marilyn Monroe y las calaveras, que también se han hecho parte de la tendencia. Vale destacar que tras dos décadas de trayectoria, esta es la primera ocasión en la cual el artista presenta su trabajo en el antiguo Palacio de Gobierno.
Estigma Recóndito
Con este título, el artista plástico dedicado al dibujo y la pintura, José Antonio Hernández, representa a través de colores fríos una realidad social que toma espacio en Venezuela: la indigencia.
A propósito de mostrar lo que pocos ven o se detienen a ver, porque se ha convertido en parte de la cotidianidad, se presenta Hernández con una serie de más de una docena de piezas, la cual hace énfasis no sólo en lo que encarna la indigencia en lo social, sino también en lo personal e incluso lo anatómico.
La pobreza de un niño o un adulto en la calle, que da forma a su mundo dentro del mundo en el que todos los demás viven, forma parte de este trabajo simbólico e interpretativo, que representa el drama social de la desnutrición.
Vale destacar que la exposición del artista está basada en un amplio trabajo de investigación, que se consuma en sonrisas inocentes, miradas perdidas y rostros difusos que hablan de una realidad que sigue tomando las calles y las vidas del país. Personajes como Juan Bautista Suárez, indigente del Mercado San Juan, quien llegó a Barquisimeto en búsqueda de la cura de una enfermedad en sus manos y que luego no pudo regresar a su hogar, forma parte de la muestra.