El país vive un momento extremadamente complejo en su historia económica, política y social. La cotidianidad de cada venezolano se ha visto impactada negativamente por algunas carencias y limitaciones necesarias para el diario vivir. Pero aún en medio de semejante escenario, es increíble como se han levantado las barreras de la solidaridad para “echarse una mano entre todos”. Quiero traer a colación un ejemplo maravilloso que debe llamarnos la atención y visualizar la capacidad que tenemos como sociedad de superar con creces las dificultades.
Los momentos difíciles parecen templar la voluntad y el coraje humano. Esta máxima ha quedado demostrada en infinidad de ocasiones en el espíritu de la gente que aún en las adversidades más duras, logra sacar lo mejor de sí para apoyar nobles causas. En el municipio Morán del estado Lara en el centro-occidente de Venezuela, hemos visto un extraordinario ejemplo de ello. Un grupo de ciudadanos oriundos o con afectos en estas tierras mágicas cuya capital es El Tocuyo, conocida como “Ciudad Madre” se han unido en una tarea titánica pero a la vez maravillosa. Es una tarea para ayudar, para ser solidarios al máximo; para reunir y reconstruir el tejido social necesario en pro de encarar las dificultades.
Varios grupos que por años han venido practicando la filantropía, a los que se suman diferentes individualidades vinculadas al municipio Morán, en un momento de crisis severa que atraviesa el país, se juntaron en una asociación civil denominada justamente “Hijos de Morán” en aras de interactuar esfuerzos nacionales e internacionales para apoyar en las dificultades que se viven día a día. La tecnología y las voluntades en acción se integraron para crear una gran familia de gente maravillosa nacidos o con raíces y vínculos profundos con la tierra morandina. Así se lograron establecer contactos con personas en diferentes países alrededor del mundo para activar esta “máquina humana de la solidaridad”. Desde Dubai, pasando por Catar, Suiza, Polonia, Inglaterra, España, Italia, Francia, Estados Unidos, Canadá, México, Panamá, Colombia, entre otras latitudes, se ha reencontrado gente con un enorme corazón apegado a su terruño para apoyar y recolectar ayudas en pro de diferentes obras benéficas.
Uno de los principales logros y en donde se han concentrado los mayores esfuerzos iniciales es en el centro hospitalario local “Dr. Egidio Montesinos”. Allí desde diferentes ángulos se han podido materializar hechos concretos y de enorme impacto para la salud de las comunidades. Se equiparon los quirófanos con instrumental de alta tecnología para reactivar las intervenciones quirúrgicas. Se ha venido recuperando paulatinamente el sistema eléctrico del hospital que permitirá un uso adecuado del instrumental adquirido recientemente y al propio tiempo, permitirá la puesta en funcionamiento de otros servicios que han estado detenidos o subutilizados. Se realizó la demarcación vial del estacionamiento y la señalización de todo el centro médico, entre muchas labores que diariamente el voluntariado conjuntamente con algunas fundaciones, asociaciones, productores, comerciantes y cientos de almas caritativas ponen al servicio de la comunidad.
Pero esto no es todo. Se está generando un proyecto macro en materia asistencial y de salud que será la guía para seguir activando el voluntariado social de esta noble causa. La búsqueda de apoyos continúa día a día. Desde la organización de bazares, el levantamiento de proyectos para accesar a fondos de ayuda internacionales y nacionales y el tema de la obtención de medicinas a través de la solidaridad global. Es una máquina humana activada al cien por ciento de voluntad y amor. La situación del municipio apremia y es una labor que no se puede detener.
Los “Hijos de Morán” se han conformado para devolver algo de alegría y bienestar a la “Ciudad Madre” y a todas sus parroquias. Es un claro ejemplo de como la solidaridad se une para abrazar a los más necesitados. Todo tipo de ayuda –desde la más pequeña hasta la más grande- es bienvenida con organización y esmero. Es bien valorada y bien encausada. Es la mejor manera de demostrar el tamaño de nuestra bondad. Los “hijos de Morán” somos casi anónimos. No tenemos deseos de figuración ni de poses. Solo queremos que esta hermosa experiencia sea replicada en todas las regiones de Venezuela para lograr consolidar un país lleno de desarrollo y prosperidad. Así, todos los hijos, hermanados de corazón brindando soluciones a los problemas fundamentales de nuestro tiempo. Vale decir de nuevo: Toda una “máquina humana de solidaridad” activada para mejorar la calidad de vida de los coterráneos…