El ingeniero Damián López, presidente del Colegio de Ingenieros del estado Lara, también se pronunció en torno a la vigencia de la ordenanza del Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL) y la declaratoria de ejidos en el Aeropuerto Internacional Jacinto Lara.
López sostiene que desde el año 2006 se iniciaron en el área de aproximación del aeropuerto invasiones anárquicas no controladas por los gobiernos de turno. Al contrario, los distintos entes gubernamentales se valieron de las necesidades de la gente en procura de votos. Asegura que instituciones, gobierno nacional, regional y municipal, incurrieron en errores y omisiones.
A juicio de López la Organización Civil Internacional (OACI), determina una serie de normas ante el descenso de los aviones. “El aeropuerto, hasta ahora, cumple con esas regulaciones pese a las invasiones en el bien llamado Cono de Seguridad”.
El ingeniero recordó el caso del Aeropuerto de La Carlota, donde el crecimiento urbano se apoderó del Cono de Seguridad por lo cual ya no es un aeropuerto internacional. Ahora es una Base Aérea.
“En nuestro caso, más de 3.000 familias corren un riesgo inminente”. En consecuencia, dijo, la situación amerita un estudio que tenga por objeto la reubicación de esas personas ya que hacer otro aeropuerto implicaría tres veces el presupuesto del Estado.
“El caso del Cono de Seguridad amerita compromisos reales porque hasta la fecha sólo se aprecian compromisos políticos y no técnicos. La causa política ha imperado y nadie quiere asumir el costo político”. Para el especialista, nadie está libre de responsabilidades.
“Desde el año 2006 han sido muchas las autoridades responsables. Todos están involucrados. Hay actores del gobierno nacional, regional y municipal. Lo más expedito es ponerse de acuerdo en pro de la seguridad y calidad de vida de la población, valorando el costo beneficio de las decisiones. Es muy importante recurrir a los expertos. Los profesionales en esta materia somos guardianes del interés público”.
Señaló que de acuerdo a la la normativa, un avión en descenso aterriza a unos 200 Km/Hora, a unos 30 o 50 metros de altura, es decir, cualquier inescrupuloso puede entorpecer un aterrizaje, también un despegue, explicó.
PDUL versus anarquía
Aduce López que todos hemos permitido que la anarquía gobierne.
“Ahí es donde aparece el PDUL, que ha existido siempre. Ocurre que no le hemos dado su lugar. Este instrumento es muy claro en cuanto a las zonas y su uso, vialidad, servicios, sistemas, etc. Se ha vulnerado el PDUL”.
En ese sentido manifiesta que es necesario revisar el instrumento, ya que la gente está invadiendo y construyendo al margen de la norma.
“El año pasado, junto a otros gremios, y las consideraciones del arquitecto Ángel García, el asesor de la ciudad, presentamos una serie de consideraciones”.
Destacó que la ciudad está a la espera de la decisión que tomen los concejales con relación al artículo 150 de la ordenanza del PDUL, con el objeto de sincerar el instrumento y evitar que se acentúe la anarquía.
Hay responsables
El entrevistado subrayó que los entes en competencia se encargarán de definir responsabilidades.
“No podemos seguir perdiendo el tiempo, ya se perdió una década por no ponernos de acuerdo para que la ciudad crezca en armonía, no hay que buscar culpables si no la solución a este caso. Todos incurrimos en omisiones por lo tanto todos debemos abocarnos a resolver el problema”.
La ciudad, dijo, amerita un diagnóstico y posteriormente la reubicación de la invasión.
“O salvamos el aeropuerto o beneficiamos a las personas. Hay que sopesar eso y ponerse de acuerdo. Todos sabemos quiénes permitieron esto, por alguna razón las familias del Cono tienen servicios. Allí hay casas de la Gran Misión Vivienda, de la Gobernación y Alcaldía de Iribarren”.
Concluyó que las ciudades no pueden seguir creciendo en forma horizontal por tanto que los recursos resultan insuficientes para cubrir grandes extensiones de terreno.