Siempre se ha dicho que justicia es darle a cada quien lo que le corresponde, norma de lo individual a lo colectivo y viceversa.
En este caso al colectivo siempre se le ha dado el nombre de Estado que a través de normas establece la forma de equilibrar eso de darle a cada quien.
En un alto porcentaje tenemos entendido que el Estado es el todo y el gobierno es el administrador del Estado, y hay muchas formas de gobernar administrativamente a ese Estado.
Se habla de gobiernos socialistas, gobiernos capitalistas, de gobiernos neoliberales y pare de contar.
Es interesante hacernos en estas reflexiones algunas preguntas, para entender dónde nos podemos ubicar: ¿Que es una sociedad anónima? ¿La ubicaríamos en un gobierno capitalista o socialista?
La responsabilidad de los gobiernos desde el punto de vista de progreso ante la sociedad siempre será evaluada por el presente y el futuro y por eso los líderes siempre ofrecen bienestar y lo mejor para las futuras generaciones.
Como se puede observar el pasado nos ha dicho que Juan Vicente Gómez administró a nuestra querida Venezuela como su hacienda y su bodega, y como tal poca importancia le dio a la inversión o gasto en la educación.
Esa forma de gobernar ha sido estudiada por muchos analistas y es así como vemos hoy que por leyes se busca definir qué es lo que le corresponde al Estado qué le corresponde al ciudadano en forma individual y en forma colectiva, a tal manera de acercarse al verdadero valor del Estado, de darle a cada quien lo que le corresponde.
Esta introducción me viene a la mente cuando me ubico en las circunstancias actuales cuando se habla de que existe una gran cantidad de empresas que en los últimos años han dejado de funcionar con ese nombre de sociedad anónima, pero es notorio que muchas de ellas han tenido o tienen como socio el Estado Venezolano.
Esto me lleva a la conclusión de que ese socio con su gobernante no han pensado en el futuro, puesto que la permanencia de esa empresa o sociedad obedece tal vez no a tener ganancias pero tampoco a tener pérdidas que pongan en peligro su funcionamiento y permanencia.
Oímos hablar de guerra económica y no puedo aceptar que el gobernante sea enemigo del Estado, como tampoco puedo aceptar que los ciudadanos no gobernantes seamos enemigos del Estado, por lo que estas afirmaciones no tienen razón de ser.
Es cuestión de llegar a la conclusión de que justicia es darle a cada quien lo que le corresponde puesto que nadie puede trabajar para perder, ni el Estado ni el particular; no importa cuál sea la ganancia, pero siempre es materializada en lo económico o en lo político; en lo económico siempre llamado capitalismo y en lo político gobiernos populistas.
Tengo algún tiempo observando que los gobernantes por diferentes motivos están asumiendo la responsabilidad del funcionamiento de empresas que estaban administradas como compañías privadas (servicios petroleros, productos de limpieza y de mantenimiento, aseo personal, acerías, cemento, etc.) Y hoy tengo que preguntarme el avance de ellas en su producción para garantizar un futuro mejor, mas no todo es malo si los representantes del Estado es decir, el gobernante, tiene la voluntad política para hacer que esas empresas surjan, produzcan los bienes necesarios, garanticen la rentabilidad que corresponde en lo económico y en lo político. Bienvenido sea ese sistema que no le puedo quitar el nombre de administrar el capitalismo social.
Tuve la oportunidad de oír una emocionante cadena de parte del señor Presidente, en la que manifestaba que no pasarían 60 días, es decir que en agosto tendríamos en el país los productos más solicitados cuya escasez ha causado sufrimiento y vejamen al 90% de los venezolanos, como: pañales, toallas sanitarias, pañales de adultos mayores, servilletas, papel sanitario, toallín. Hablaba el señor Presidente en su emotivo discurso con un optimismo contagioso de que esas plantas que elaboran esos productos básicos estarían en plena producción. De la misma manera anunciaba que estaban por llegar unos buques cargados de alimentos, medicinas, semillas para el cultivo y toda clase de repuestos para maquinarias y vehículos. Con orgullo narro esto, olvidándome ser una víctima de la escasez.
Ruego a Dios que todos los anuncios le salgan bien al Presidente y que sea pura verdad, yo no dudo de que así será, pero la mayoría no está convencida por aquello que dice que «los que mienten corren el riesgo de no ser creídos más nunca”.
Vuelvo a hacer votos por que no suceda lo de estos mal pensados.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país……
@JGMendozabarqto