La Cámara Municipal de Iribarren aplazó los debates sobre el PDUL en noviembre de 2014. Luego de par de discusiones y consultas públicas, el instrumento se engavetó. Las comisiones respectivas, las cuales le imprimieron cierto acento ideológico al contenido divulgado en las comunidades, no aprobaron la reforma de la ordenanza.
La doctora Milagro Gómez de Blavia, concejal de Iribarren, señaló que hablar de PDUL se traduce en hablar de territorio, sin embargo, la plenaria no discutió con fluidez el tema, exigido por la ciudad.
“La dinámica desordenada de la Cámara, sin una agenda legislativa en común, sumergida en polémicas estériles, nos tomó un tiempo clave y se dejó de priorizar. La planificación urbana no está dentro de las prioridades de la actividad cotidiana del Ejecutivo municipal.
El debate se centra entre sufrir, vivir o soñar la ciudad. Esos tres aspectos compiten y se excluyen cuando pueden combinarse. La planificación de la ciudad le compete a los especialistas pero son los propios habitantes quienes la sufren o gozan”.
A juicio de la entrevistada, la ciudad no puede ir por un lado y el PDUL por otro.
El plan supone requerimientos y acuerdos entre gobernantes, líderes y gremios, pero sobre todo, con los habitantes. Se trata de responder a la dinámica de la ciudad, de cómo se ponen al servicio de la gente los espacios y los servicios públicos.
“Barquisimeto es la ciudad de la cuadrícula y ahora es muy diferente a la de 2001 cuando se aprobó el PDUL. El plan nos dice cómo relacionar a la ciudad de la periferia con la ciudad de la cuadricula. La ciudad debe actualizarse para lo cual todos debemos ponernos en sintonía para beneficiar a la mayoría. El PDUL no lo resuelve todo, existen otros planes estratégicos en pro del bienestar de los habitantes”.
Gómez de Blavia destacó que perder el PDUL significa que la ciudad pierda salidas a las situaciones de servicios, ambiente, vivienda, etc. No habría capacidad para planificarse.
“No podemos seguir haciendo ciudades satélites. La ciudades son instalaciones socioculturales con posibilidades de encuentros”.
La abogada reiteró que la ciudad es un bien colectivo, un ente vivo, un patrimonio común que no ha sido prioridad para la sociedad.
“Se nos acaba el tiempo para aprobar un hecho formal pero también para discutir la ciudad. Barquisimeto perdió su capacidad de encuentro, de ciudad musical y ciudad de los crespúsculos. El PDUL representa la oportunidad para actualizar los estudios de la población por lo cual la ordenanza no se puede hacer en cincomeses”. De ahí que se extienda su vigencia, a fin de evitar un vacío legal y al mismo tiempo, evaluar la ciudad, hoy en día con más carencias de servicios y problemas de movilidad, transporte público, entre otros.
-¿Cuál es la expectativa para la reforma del artículo 150 en virtud de la postura de los concejales oficialistas?
-Aspiro que los colegas concejales de la bancada oficialista le den una salida digna a esta situación. Que valoren el reto que tenemos por no haber atendido oportunamente la reforma de la ordenanza heredada de la gestión pasada. Hemos discutido mucho y aportado poco.
Debate de alto nivel
La concejal insistió en que cinco meses y medio no son suficientes para aprobar la reforma, a menos que se violen los requerimientos jurídicos.
“De la carrera sólo queda el cansancio”, apuntó. Queremos ganar tiempo para generar debate en torno al PDUL. No quisiera ver esto como un error del ejercicio parlamentario. Realmente ha sido un tiempo complejo por la situación-país, que ha influido mucho. En el año y medio que nos falta se abre la posibilidad de ganar tiempo, condiciones y recursos para actualizar la normativa urbanística. La norma suprime la improvisación”.
Un instrumento de servicio
Más que un instrumento de poder, el Plan de Desarrollo Urbano Local es un instrumento de servicio.
“Es un instrumento de poder porque quienes lo diseñan manejan claves importantes de la ciudad, si hay equidad, democracia y acceso para todos. Puede haber claros beneficios para quienes lo elaboran”.
Sin embargo, prosiguió, el PDUL es un instrumento de servicio a la ciudadanía que permite reservar espacios para las construcciones de viviendas dignas. El plan me permite dar respuestas de movilidad, al caos, a los espacios públicos. A través del PDUL el talento se pone al servicio de la innovación y la ciudad posible”.
Destacó que el plan es un instrumento de educación ciudadana.
“Si no empoderamos a la población para que defienda su calidad de vida estamos haciendo un flaco servicio en cuanto a construcción de ciudadanía y una ciudad sin ciudadanía no existe”.
La edil añadió que el PDUL, en lugar de ser objeto de debate, debe ser un instrumento educativo, para que la gente tome conciencia de los derechos que le asisten como ciudadano.
“En lugar de ser un instrumento de poder para conflictuar, el PDUL es una herramienta para el servicio. Este tema de desencuentro puede servir para conciliar entre las distintas tendencias. El PDUL es un bien común”.
-¿Si tenemos PDUL por qué hay invasiones?
-Porque hay una parte de la ciudad fuera de la regulación urbana.
Consecuencias
De no modificarse el artículo 150 y vencerse el PDUL se perderían los elementos normativos que rigen el desarrollo urbanístico de Barquisimeto con importantes consecuencias en el plano general de zonificación urbana, así como la definición de las variables urbanas aplicables a cada uno de los sectores que comprende el área urbana de la ciudad. La carencia del instrumento imposibilitaría el otorgamiento de lo que se conoce como permisos de construcción de nuevas urbanizaciones para el sector privado y sector público, tampoco se podrían otorgar las licencias de industria y comercio.
Drama humano
Sobre la situación del Cono de Seguridad del Aeropuerto, la concejal expresó que se trata de un drama humano.
Es de mencionar que el Concejo de Iribarren fue demandado por declarar ejidos los terrenos del aeropuerto, así como la Base Área y Zona de Seguridad.
Ante la demanda la doctora Milagro Gómez de Blavia recordó que salvó su voto en solitario durante la sesión del 17 de septiembre de 2015, cuando se aprobaron tres áreas de terreno que conforman la poligonal cerrada del aeropuerto, equivalente a 216 hectáreas, en nuevos ejidos municipales.
“Ahí viven más de 3.000 familias. Esas personas reclaman su derecho a vivir dignamente”.
-¿Quiénes son los responsables?
-Hay hay víctimas y victimarios. Las víctimas pueden ser las 3.000 familias y la ciudad si pierde su aeropuerto. Denuncié este drama desde el primer día. La situación se acumuló y ahora es un problema grave, producto de decisiones populistas por parte de las autoridades que permitieron esa ocupación. A los gobernantes les corresponde conciliar y atender las necesidades particulares.
Populismo versus riesgo
Gómez de Blavia expuso que BAER, como dueño del terreno, no fue consultado por nadie.
“Se hizo creer que ellos estaban de acuerdo. Particularmente me siento comprometida como concejal y como persona. Comprometida a contribuir con una solución. Autoridades, gremios y profesionales tienen que ayudar en una salida pertinente.
-¿Por qué paso esto, por qué las autoridades declaran ejido un Cono de Seguridad?
-Eso es populismo del peor. No se le ve la cara a la gente, se ven los votos. Ahí hay un riesgo latente, todos lo sabíamos. No puede ser que a las personas, al convertirse en autoridades municipales, olviden los argumentos jurídicos. Desde el primer momento lo advertí. Muchos lo advirtieron. Mover el aeropuerto no es nada sencillo. La ciudad es un sistema. Los concejales apenas somos un eslabón de la cadena. Las expectativas de esas familias se acumularon y hubo tensión en las sesiones hasta que se desbordó. El reclamo de la familias del Cono de Seguridad es justo, lamentablemente, hubo manipulación por parte de dirigentes partidistas, se fue creando una olla de presión e insultos hacia los concejales. Todavía esa gente está sin respuesta sobre la concesión de uso.
-¿Están conscientes de las sanciones?
-Yo aspiro que las autoridades estén al tanto de las consecuencias penales y jurídicas. Las leyes no se pueden llevar por delante.