Hay quienes se sorprenden por cuanto todo lo que sucede en el entorno de mi vida, siempre lo estoy relacionando con Dios y su Evangelio. Permanentemente hago un paralelismo entre los eventos acaecidos en nuestro derredor y la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo. Arguyen, que desde hace más de 2 mil años se dice y se habla de “esa segunda venida y todavía nada”. Pero partimos de un principio que de cualquier forma nos favorece. En un supuesto negado que la Segunda Venida de Jesús a esta tierra para hacer Justicia a buenos y malos respectivamente sea mentira, yo no voy a perder nada. Vivo una vida sana. Con mis lógicos defectos trato sea buena y organizada. Me empeño en ser feliz haciendo feliz a los demás. Haciendo bien a quien pueda. Y, si me sorprende la muerte, quedará un expediente positivo de mi persona para la sociedad. Un buen legado para mi esposa, mis hijos, mis nietos y la familia en general.
Ahora, si fuera lo contrario. Como en efecto será, que el Señor Jesucristo sí venga, por cuanto así está establecido claramente en su Palabra, aquellos quienes le rechazaron por indiferencia o a conciencia, que vivieron una vida disipada, loca, irresponsable y caracterizada por el pecado, entonces, su legado a la sociedad y a su familia será de dolor, tristeza y vergüenza. Y lo más lamentable, tendrán que rendir cuenta ante la majestad divina. La Biblia lo retrata: “Allí será el llanto y el crujir de dientes…” Luc. 13:28. ¡Triste y terrible!
Sí, me gusta esa expresión: “Dios en la carrera”. Quizás los sicólogos, médicos, terapistas y deportistas en general le den otra connotación, por la diversidad intelectual personal. Pero, a mi parecer cada carrera es un regalo de Dios. Por ejemplo, ir del Obelisco hasta Pavia y subir el Cerro El Sombrero, andar las 9 colinas durante los 11 k de La Carrera del Chivo este domingo 31 de julio, para mí es encontrarse con Dios en medio de la naturaleza xerófila. Pero, hay que vivirlo. Sí, “Vive La Ruta”. Son los 14 k del Club Tragamillas en la Variante Los Cristales el domingo 14 de agosto. Otra oportunidad de descubrir la misma sensación de la cual te hablo.
En el caso de la Media Maratón CAF 2016 que tuve el privilegio de correr en abril de 2015 es otro ejemplo. Muchos quisieron inscribirse y no pudieron, pero a este servidor le resultó muy fácil. Al inscribirme, comienza mi cuerpo a generar endorfinas, organizo un plan de entrenamiento tres meses antes y su debido régimen alimenticio, por lo cual mi calidad de vida aumenta. El último entrenamiento me permitió transitar del km 13 hasta la población de Quíbor, lo cual fue una extraordinaria experiencia de 21 kms aproximadamente. ¡Dios andaba allí!
Me voy cuatro días antes de la carrera para disfrutar con mi esposa de la Gran Caracas. Me acogen con los brazos abiertos mi sobrina y su familia; y el sábado, pasamos un día perfecto en el Guaraira Repano en koinonía familiar. Y en el día tan esperado, al llegar al Parque los Caobos a las 5:30 de la madrugada, nos mezclamos con más de 10 mil corredores y compartimos innumerables momentos de felicidad. Y luego, al hacer el recorrido de 21 km por toda La Gran Caracas, sin tráfico perturbador, sin smog y poder admirar los hitos arquitectónicos de nuestra capital, dije, definitivamente: “Dios está en la carrera”. Ahora, nos preparamos para correr los 42 k en abril de 2017. Pero, con la venia de Dios. ¡Hasta el próximo martes Dios mediante.
