“El Papa está informado y participa en el dolor y el horror de esta violencia absurda, con la condena más radical de todas las formas de odio y la oración por las personas afectadas”, informó Federico Lombardi, director de la Oficina de Información de la Santa Sede este martes.
La declaración de Lombardi se enmarca en los hechos ocurridos cerca de Rouen, en la región de la Alta Normandía. Un sacerdote murió degollado: Jacques Hamel, el párroco auxiliar de esta iglesia, de 84 años.
Dos hombres armados con cuchillos fueron abatidos por la policía tras tomar cinco rehenes en una iglesia de la localidad francesa de Saint-Etienne-du-Rouvray.
“Estamos particularmente impresionados porque esta terrible violencia tuvo lugar en una iglesia, un lugar sagrado en el que se anuncia el amor de Dios, con el bárbaro asesinato de un sacerdote e involucrando a los fieles”, añadió el portavoz vaticano.
“Estamos cerca de la Iglesia de Francia, la arquidiócesis de Rouen, las comunidades afectadas, el pueblo francés”, abundó Lombardi.
De esta manera, el portavoz del Papa Francisco respondió a una nueva noticia “terrible”, que, desgraciadamente se suma a una serie de violencia que en los últimos días “nos han ya aturdido creando un inmenso dolor y preocupación”.
Según la reconstrucción realizada por medios franceses, los atacantes entraron en la iglesia, armados con armas blancas a las nueve de la mañana, cuando se celebraba la misa matinal.
Cerraron las puertas de la parroquia y mantuvieron retenidas a cinco personas: el sacerdote, dos monjas y varios feligreses.
Precisamente, durante el Ángelus del domingo pasado, el papa Francisco ante las amenazas a la paz y la seguridad había pedido: “Recemos con mayor insistencia”.
“Les invito a unirse a mi oración para que el Señor inspire a todos propósitos de bien y fraternidad. Cuanto más insuperables parecen las dificultades y más oscuras las perspectivas de paz y seguridad, más insistente ha de ser nuestra oración”.
Momentos antes, el papa Francisco había expresado su dolor por los episodios de violencia y terrorismo en distintos lugares del mundo, sus oraciones por las víctimas y los heridos, y su cercanía a los familiares.