Tomado de la mano de su mamá, caminaba el niño de 11 años este viernes en la noche, por la avenida Florencio Jiménez, la hermana de 15 años también iba junto a ellos.
Regresaban de visitar a sus tíos, les faltaba poco para llegar a casa en Santa Rosalía. Cuenta la hermana del niño, que dice no poder borrar la imagen del estremecedor suceso ocurrido este viernes en la noche, que el niño iba haciendo morisquetas en el camino y riéndose a carcajadas.
Estaba desesperado por llegar a casa, encontrarse con su papá y acostarse a ver televisión. El niño había pasado un día muy feliz, le acomodaron una bicicleta y era su nuevo pasatiempo, “reír y jugar era lo que hacía” manifiesta la hermana, una frase que apenas se alcanzó a escuchar pues las lágrimas la ahogaban.
El momento trágico ocurrió cuando la familia intentó cruzar la avenida para entrar a la urbanización, le faltaba solo una isla, miraron hacia los lados y no venían carros, dieron los primeros pasos, pero repentinamente una intensa luz los cegó, María Belén sujetó fuerte a sus dos hijos y los hizo retroceder, pero el niño, quizás asustado, se soltó de la mano y corrió para cruzar.
No hubo un grito, ni siquiera sintieron el sonido del golpe, cuando la camioneta -una modelo pick up color beige- siguió de largo, esperaban encontrar al muchacho del otro lado de la avenida, pero en cambio vieron su cuerpo tirado en el pavimento y su ropa manchada de sangre.
El conductor del vehículo huyó a toda velocidad mientras María Belén y la joven quedaron entre penumbras, observando al niño que no mostraba señales de reaccionar.
La hermana de la víctima recuerda que una patrulla policial pasó por el lugar, ella les gritó, hizo señas para que se detuvieran, pero los efectivos silbaron y siguieron de largo.
No le quedó más remedio que correr hacia la urbanización y buscar a su papá, acelerados montaron al niño en el carro para llevarlo hacia el Seguro Social Pastor Oropeza, “pasó bastante tiempo” recuerda, porque había cola, le tocaron el pulso pero parecía haberlo perdido.
Cuando fue ingresado al centro de salud, comprobaron que había fallecido.
Nada pueden hacer para revivir al escolar que había pasado con muy buenas calificaciones al sexto grado de Educación Básica, pero la familia exige que el responsable pague por este hecho.
En el sitio del suceso se supo que dos horas después del arrollamiento, una camioneta se estacionó en el lugar, el tripulante se bajó y recuperó la parte delantera del vehículo involucrado y se perdieron de vista.
Queda de parte de las autoridades en materia de tránsito, realizar las respectivas averiguaciones para que la muerte del menor no quede impune.
