A los 233 años del natalicio de la patria, es de recordar, su maravilloso legado político; la liberación de seis naciones, el profundo amor por la unión de los países americanos, sin dejar a un lado, sus cualidades románticas, la habilidad del prócer para enamorar a través de profundos textos, los cuales se mantienen vigentes en la historia.
Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco, advino al mundo el 24 de Julio 1783, en una quinta caraqueña, fue el último, de cuatro hermanos.
El Libertador, creció en el seno de una familia pudiente, a sus 19 de años contrae matrimonio con María Teresa Rodríguez del Toro, sin embargo, poco tiempo después la esposa del prócer venezolano, fallece en la capital a causa de una grave enfermedad, frente a este panorama, comienzan nuevas etapas en la vida de Simón Bolívar.
“La libertadora del libertador”
El 16 de Julio de 1822, en Quito, Ecuador, el genio de América conoce a la legendaria Manuela Sáenz Aizpuru, la mujer que llenó sus vacios y se convirtió en su fiel amante. “La amable loca”, como acostumbraba llamarla el libertador, captó la atención de Bolívar por sus atractivos femeninos, su carácter, rebeldía, e impetuosa determinación.
La fémina de talla media, fina de cuerpo, ojos grandes negros, rostro oval y cabellera encrespada, y de familia con buena posición económica, se casó a sus 20 años de edad con un médico inglés, sin embargo, al poco tiempo, el matrimonio llegó a su final. Y es allí, cuando empieza su relación con Bolívar, bajo una intensa relación amorosa, donde encajaban perfectamente, por compartir ideales y actitudes independentistas.
El camino de intensa relación duró ocho años, el amor desinteresado de aquella instruida mujer se apagó el 17 de diciembre de 1830, cuando su amado falleció en Santa Marta, Colombia.
“La libertadora del libertador”, murió cuando tenía tan solo apenas 26 años de edad, luego de padecer de difteria, fue sepultada en una fosa común junto al cofre donde guardaba las hermosas cartas de amor que Simón Bolívar le dedicó.