El diálogo en Venezuela es imprescindible, porque de no ir a una solución en la cual se incorpore como premisa fundamental el respeto a la Constitución y a sus normas, no vamos a poder salir de esta crisis.
Pedro Pablo Alcántara, ex diputado a la Asamblea Nacional, al hacer esa advertencia, indica que al mismo tiempo se impone por parte del Consejo Nacional Electoral, la activación del referéndum revocatorio al mandato de Nicolás Maduro.
No ha sido posible realizar el diálogo porque el régimen tiene que abandonar la política socarrona, sostiene. Maduro invita al diálogo, pero veinticuatro horas después descalifica a quienes podrían sentarse a conversar y hasta los acusa de servir a Álvaro Uribe o al imperio. O de promover violencia.
En el diálogo se deben debatir cuestiones que ver con la crisis humanitaria, inocultable porque ya han dado la vuelta al mundo las imágenes de hombres y mujeres que se fueron a Cúcuta a buscar alimentos y medicinas, en los dos últimos fines de semana.
Urge tocar también el tema de medidas que sean compensatorias a la situación que padece la mayoría de la población, así como ajustes económicos, para que la economía no se desmadre.
Se requiere no sólo un diálogo, sino varios. expuso. En este aspecto quiero coincidir con la opinión expresada por Felipe González, ex jefe del gobierno español, quien ha señalado de manera muy clara que Venezuela requiere con extrema urgencia que los actores de este dra ma comiencen a diseñar ya una hoja de ruta, que contenga todos los problemas críticos con soluciones precisas.
Deben tomarse en cuenta a todos los empresarios, trabajadores, académicos, universidades, así como gremios y sindicatos.
Deben participar como facilitarores no sólo El Vaticano, sino otras iglesias y, además, sea incorporada una comisión paritaria, que pueda promover mesas de diálogo en relación a problemas específicos y donde la mesa estritamente política se fundamente en el respeto a la Constitución y en las responsabilidades de los poderes públicos, bajo el principio de equilibrio y autonomía, contemplado en la carta magna y en los principios de acatamiento de los Derechos Humanos. Eso incluye la inmediata libertad de los presos políticos.
No es posible que se esté hablando de una solución democrática mientras se encuentren encarcelados ciudadanos que disienten del régimen, sin acceso a un sistema de justicia que les garantice el juicio en libertad, consagrado en la Constitución y suscrito por Venezuela en diversos pactos sobre Derechos Humanos.