A las 9:00 de la noche del unes llegó la señora María de Ramírez al Garzón. A sus 65 años esperaba poder descansar y llevar una vida acorde a sus necesidades, pero no ha sido así; por el contrario, debe pernoctar en una larga fila esperando comprar algún producto.
Además de ser una persona de tercera edad, Ramírez fue operada a corazón abierto hace años, sin embargo se ve en la necesidad de salir a la calle para buscar alimentos para ella y su esposo. “Mi hija está enferma y no puede ocuparse de nosotros, así que no nos queda de otra”.
Ella narró cómo en horas de la noche quienes se mantenían haciendo cola debieron correr ante la llegada de la GNB. “Eran como las 10:00 de la noche y nos tocó correr porque pasó la GNB y se llevaron a dos personas”. Por unos kilos de harina de maíz, jabón en polvo y pasta; la dama puso en riesgo su salud y seguridad.
Al salir el sol esperaron que se iniciara la venta. Nuevamente, como ha sido denunciado en reiteradas oportunidades, los adultos mayores y discapacitados no tuvieron prioridad alguna; además, denunciaron el comportamiento grosero de parte de funcionarios militares.
Por su parte Ana Giménez es madre de una niña operada de la columna que permanece en silla de ruedas. La joven dama se ha visto en la necesidad de hacer las colas con la pequeña de 7 años, debido a que aún mostrando el carnet, no la dejan pasar.
A tempranas horas de la mañana llegó con la necesidad de obtener la harina. Giménez explicó que su hija tenía una dieta, pero ahora “come lo que haya”.
Las personas de lugares adyacentes viajan varios días a la semana a Barquisimeto. Tal es el caso de William Vásquez, quien reside en El Tocuyo y desde la madrugada partió a buscar alimentos. “Esto da ganas de llorar”, dijo el hombre que se encarga de dar de comer a un hogar. La yuca se ha convertido en la “solución” al no encontrar pan ni harina de maíz, así como el desayuno también ha cumplido la función del almuerzo, “porque para tres comidas, no hay”.
Pasta y arroz encabezan ahora el menú cotidiano, mientras que la proteína dejó de existir en la dieta de muchos venezolanos.
No hay compasión
En el Bicentenario la historia no es distinta. Hasta cuatro colas deben hacer las personas, entre estas muchas madres con niños en brazos.
La mayor denuncia en el lugar es por el comportamiento de los GNB. “No tienen respeto ni siquiera por las personas mayores, a ellos también los empujan y gritan”, aseguraron los ciudadanos.
“Prioridad” es algo inexistente, de hecho se presenta el caso en que las personas de tercera edad y discapacitados esperan más que cualquier joven.
Otra fila para el carnet
“Carnet feria de consumo”, es el nombre de esta tarjeta que los usuarios rechazaron al compararla con el reconocido método cubano.
Sin embargo, en la Cooperativa El Valle se veía la cola de personas que preferían “prevenir que lamentar”, señalando que “no les queda de otra”. Los usuarios del sector denunciaron que las bolsas del CLAP no resulta beneficio alguno.
“A mí me vendieron una y fueron 5 mil bolívares por nada. Están trampeadas y los productos ni son de calidad”, dijo Juana Crespo.