Transcurrida una semana de la huelga de hambre iniciada por más de una treintena de detenidos en la comandancia de Fundalara de la policía regional y tras la petición de sus familiares, ayer, el fiscal número 13 del Ministerio Público, Andy Salcedo, acudió a la sede del organismo de seguridad para escuchar los reclamos.
Los hombres allí privados de libertad pidieron ser enviados al centro penitenciario Fénix, la prolongación a una hora de las visitas de los familiares en esta unidad de Polilara, donde por las normas establecidas en este tipo de centros de reclusión el tiempo de encuentro entre parientes y acusados es de media hora.
De igual forma, plantearon la necesidad de ver con mayor regularidad a sus hijos menores de edad, cuyo horario de visitas está fijado para cumplirse cada tres meses.
Las peticiones fueron apuntadas en un acta por el fiscal para el análisis del caso.
Los presos han amenazado con radicalizar la protesta con una “huelga de sangre”, es decir, haciéndose heridas con objetos filosos en el cuerpo.