Para recordar:“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse” (Daniel 1:8)
Daniel fue un joven perteneciente al pueblo de Israel, que fue capturado y llevado a Babilionia por el rey Nabucodonosor (año 606 a.C.) Allá se le cambió hastael nombre por Belsasar y junto a sus tres amigos Ananías, Misael y Azarías, decidieron no contaminarse con la comida del rey; decidieron “enfrentar” la decisión del altivo gobernante y no comer cualquier carne, vinos embriagantes y cosas que dañasen la salud.
Con mucho respeto, nos vamos a dirigir al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y decirle que no estamos de acuerdo con la dieta que sugiere o propone para que comamos todos ciudadanos de esta nación. Bien, porque los mande a comer yuca, y con nuestros oídos escuchamos que se debe producir más carne, criar conejos, chigüires, pollo, cerdo y otros.
Permítanme, apreciados lectores y Presidente, que si nos regimos por la dieta que comía Daniel y el pueblo de Israel; la misma que Dios le dio a Moisés escrita en Levítico 11, está claro y definido que el cerdo y sus derivados, el conejo, el chigüire, el ratón, el pato, murciélago, la cucaracha, las iguanas, hasta las culebras están en la misma categoría de inmundos. No así los permitidos como el ovejo, el chivo, la carne de res, el pollo y peces que tengan aletas y escamas.
Daniel fue probado y en ese capítulo uno (1) de su libro, estos valientes jóvenes, tomaron la dieta de los vegetales y sin ningún tipo de vino y: “…al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey…En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino” (Daniel 1:16,20).
Atención, todos, médicos y nutricionistas: La prueba bíblica dice que en tan solo diez días se le puede ver el cambio de aspecto a una persona que la someta a la dieta que Dios propone, no la que proponen aún los reyes de esta tierra.
En este país, ni porque el Presidente le entregue el gobierno a los militares: Si no estamos guiados por la orientación divina, la alimentación que Dios sugiere, la alimentación correcta, nunca saldremos adelante y no tendremos la suficiente sabiduría para tomar decisiones de sacarnos de la emergencia, sea quien sea.
En la página web, www.mclibre.org señalan que cometemos errores alimentarios y estos son: “Subalimentación, sobrealimentación, consumo insuficiente de lácteos, consumo excesivo de carnes, demasiado consumo de materias grasas, demasiados consumos de azúcares y sus derivados, mala organización en las comidas (comer a deshoras)”.
En Venezuela, bien por la escasez, por el desconocimiento de cómo y qué comer, la incorrecta combinación de alimentos, estamos cometiendo estos y otros errores.
Sin embargo, al estudiar la vida de Daniel y sus amigos, observamos que estuvieron dispuestos a enaltecer a Dios y sus sabios consejos; por lo tanto, llamamos a la población a no rendirse, ni arrodillarnos antela propuesta de ningún gobernante, que vaya en contra de la voluntad divina y de nuestra salud.
Eduardo Iván González González
www.ventanabiertalmundo.com
