A las 9:30 de la mañana de ayer en la carrera 4 entre calles 7 y 8 de la comunidad de Cruz Blanca, al este de la ciudad, se hizo el reporte del cuerpo sin vida de un joven sobre una motocicleta roja: una Bera Runner 150 signada con las placas AL4B53A.
Según testigos la víctima fatal acababa de robar la motocicleta
Arrancó solo
Según cuentan residentes de la zona, dos jóvenes llegaron a la calle 8 e interceptaron a un hombre, a quien despojaron de su motocicleta.
Aparentemente, al momento del robo el hombre, quien pasa los 50 años de edad, comenzó a forcejear con uno de los delincuentes. Un adolescente de 17 años, quien llevaba puesta una franela anaranjada y debajo de la misma otra azul, tomó el control de la moto. En vista de que había pasado el tiempo temía ser descubierto por algún funcionario, arrancó a gran velocidad.
Los testigos indican que una persona efectuó al menos dos disparos, pero desconocen si el joven fue alcanzado por algún proyectil. Creen que fue esto lo que hizo que el muchacho no rodara mucho. A la media cuadra perdió el control de la moto e impactó contra un camión 350 que estaba en el lugar.
El cuerpo del adolescente quedó sobre la moto. Se apreciaba que la herida venía de la cabeza.
Su compañero corrió hasta donde estaba él y se arrodilló. “Mi hermanito, mi hermanito”, fue lo único que expresó. Se levantó, corrió y se alejó del lugar. El dueño de la motocicleta, quien cargaba una franela verde, al ver lo sucedido temió por su vida y se cambió de ropa, refugiándose en una casa vecina.
Tras escucharse el fuerte golpe, los residentes de la zona comenzaron a salir de sus hogares y el sitio se llenó de curiosos.
Inician pesquisas
Funcionarios del Eje de Homicidios acudieron al lugar y comenzaron a hacer las investigaciones del caso. Se entrevistaron con el dueño de la motocicleta y a pesar de que a simple vista no se le apreció si tenía algún impacto de bala, su cadáver fue levantando por los sabuesos.
Entre la moto y el cuerpo fue localizada una concha. El cuerpo fue trasladado hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, en donde sería revisado con sumo cuidado para determinar si recibió algún impacto o si murió una vez que se estrelló con el camión que estaba estacionado en el lugar y que se habría dado a la fuga.
Fuentes policiales manifiestan que el joven era integrante de una banda que se dedicaba al robo de motocicletas, y cobraba rescates de entre 100.000 y 150.000 bolívares.
Pero todas estas versiones están siendo corroboradas por los sabuesos del cuerpo detectivesco.
Era de Macuto
Mientras se hacía el levantamiento del cuerpo pasó una señora conocida de la familia y reconoció al adolescente. Fue ella quien avisó de lo sucedido.
La noticia corrió rápido y comenzaron a llegar primos y demás familiares al lugar, incluso sus padres.
Pastor Escobar comentó que estaba sorprendido, que ese era el menor de sus dos hijos, residía en las adyacencias de la plaza de Macuto. El mismo se ganaba la vida trabajando como mototaxista, hacía sus carreras desde Macuto hasta la avenida Vargas. “Tenía días sin moto, se la habían quitado, pero ya estaban que se la entregaban, aunque yo lo quería poner a trabajar conmigo en la albañilería”, comenta el padre de la víctima.
Escobar manifiesta que su hijo era muy manipulable, no sabe si andaba en malos pasos. Dice que su madre no estaba muy pendiente de él. Confesó que el mayor de sus hijos estuvo detenido pero logró recuperarlo y estaba trabajando.
Lamentaba mucho lo de su muchacho.