El presidente turco Recep Tayyip Erdogan hizo una serie de presentaciones televisivas hasta las primeras horas del martes en las que narró detalles dramáticos de cómo sobrevivió a un fallido golpe de Estado y mencionó la posibilidad de reintroducir la pena de muerte en el país para castigar a los conspiradores.
Erdogan dijo a la cadena estadounidense CNN que apenas pudo escapar de la muerte, luego de que los golpistas irrumpieron en el pueblo de Marnaris, donde estaba de vacaciones.
«Si me hubiera quedado allí unos 10 o 15 minutos adicionales, me habrían matado o capturado», dijo en una entrevista el lunes por la noche.
Hablando ante centenares de partidarios en las afueras de su residencia en Estambul en las primeras horas del martes, Erdogan respondió a llamados a la pena de muerte diciendo simplemente: «No se pueden soslayar las demandas del pueblo».
La pena de muerte fue abolida en Turquía en 2004 como parte de las gestiones del país para integrarse a la Unión Europea. Varios funcionarios europeos han dicho que reinstaurarla sería el fin de esas aspiraciones.
La agencia estatal de noticias dijo que varios tribunales turcos ordenaron prisión para 85 generales y almirantes, a la espera de juicio por su papel en el intento de golpe de Estado. Otras decenas de oficiales eran interrogados.
Entre los detenidos están el general Akin Ozturk, excomandante del Ejército del Aire, supuesto ideólogo del alzamiento del 15 de julio, y el general Adem Hududi, comandante del Segundo Ejército de Turquía, responsable de contrarrestar las posibles amenazas para el país procedentes de Siria, Irán e Irak.
Ozturk ha rechazado las acusaciones y afirma que ni planeó ni dirigió el golpe, de acuerdo con Andalou.
La agencia dijo más tarde que el asesor de Erdogan de la Fuerza Aérea, teniente coronel Erkan Kivrak, fue detenido en un hotel en el distrito Serik, en la provincia sureña de Antalaya.
Dijo que Kivrak fue arrestado cuando estaba de vacaciones y fue transferido a Ankara .No se dieron razones para su arresto.
Las autoridades han detenido a miles en relación con el golpe, que mató a 208 partidarios del gobierno y 24 golpistas. El gobierno insiste en que Fethullah Gulen, un clérigo musulmán basado en Estados Unidos, fue el autor intelectual del alzamiento y ha demandado su extradición.
Miles de personas sospechosas de tener lazos con el religioso fueron purgadas de la judicatura y el Ministerio del Interior.
«Ninguna democracia debe permitir que soldados, fiscales, policías, jueces y burócratas sigan órdenes de una organización externa en lugar de la burocracia institucional», dijo el presidente, Recep Tayyip Erdogan, en declaraciones emitidas el martes por la mañana.
El presidente y otras autoridades han insinuado de forma clara que el gobierno está considerando reinstaurar la pena de muerte, una práctica abolida en 2004 como parte de los esfuerzos de Turquía por unirse a la Unión Europea.
«En un país donde se asesina a nuestros jóvenes con tanques y bombas, si guardamos silencio, como personas políticas se nos exigirán responsabilidades en la otra vida», dijo Erdogan, señalando que la pena capital existe en varios países del mundo, como Estados Unidos y China.
En declaraciones en el Parlamento, el presidente del opositor Partido Movimiento Nacionalista, Devlet Bahceli, dijo que su partido apoyaría una norma para reintroducir la pena de muerte si la presenta el gobernando Partido Justicia y Desarrollo. Erdogan necesitaría apoyo de la oposición para aprobar esa medida.
En las multitudinarias manifestaciones a favor del gobierno registradas en plazas importantes todas las noches desde el golpe fallido del viernes han expresado un clamor a favor de que los insurrectos enfrenten la pena de muerte.