El Deportivo Lara es uno de los cuatro equipos que a la fecha -cumplidas tres jornadas- todavía no conoce la ruta del triunfo en el torneo Clausura. Su balance es negativo, con tres caídas en igual número de salidas, más la cifra de siete goles encajados, una de las más altas en el joven certamen.
Su más reciente revés ocurrió hace dos días en su propio campo y ante un contrincante que habitualmente suele ser sotanero: Ureña SC. Fue el segundo descalabro en casa, después de perder en la primera jornada ante Trujillanos, en ese caso un rival de mayor peso.
Parecía sacudirse el rojinegro del mal arranque que registra en el segundo torneo de la temporada, cuando Antonioni González, en perfecta ejecución, con un cabezazo dentro del área, le dio la ventaja frente a los fronterizos a la altura del minuto 18, pero luego aparecieron los despistes defensivos de otras tardes y vio escapar la ventaja en un abrir y cerrar de ojos.
El primer tanto que encajó llegó por la vía del cabezazo, ante un José “Upata” Díaz que se levantó sin oposición, libre de marcas, para dirigir a placer el centro lanzado por su compañero, eso en el añadido de la etapa inicial y que significó un golpe psicológico para la tropa crepuscular. Y luego, en los primeros minutos del complemento, una tarea displicente de los jugadores que rodeaban a Javier Villafraz, quienes decidieron no apretarlo cuando se disponía a disparar y el jugador clavó el balón en un ángulo, para despecho de la colectividad rojinegra.
Hubo, sí, ocasiones para empatar o incluso firmar la remontada, pero la falta de puntería, otro mal de estas primeras fechas, pasó factura.
“Fue un partido muy difícil y complicado desde el inicio, partido que comenzamos ganando gracias al gol que marqué pero lamentablemente no logramos conseguir el resultado que todo el equipo quería. Desafortunadamente no fuimos contundentes en las ocasiones que generamos y ellos (Ureña) capitalizaron los pequeños errores que tuvimos y así lograron la victoria”, señaló en nota de prensa Antonioni “Papín” González, como análisis de lo ocurrido en la pasada tanda dominical, en que fueron de la alegría a la desazón, en un resultado que los dejó en penúltima casilla de la clasificación, solo por encima del Petare.
La reciente derrota dejó en una situación incómoda a los crepusculares y los obliga a jugar com ambición el duelo de mañana ante Monagas, en condición de visitantes, en la cuarta fecha del certamen, vista la necesidad de sumar cuando menos un punto y comenzar la escalada hacia los puestos de privilegio.
“Vamos con la mayor ilusión de conseguir esa victoria que tanto queremos, vamos con las mismas ganas y enfoque que hemos tenido desde que comenzó el torneo”, advirtió González, uno de los jugadores de experiencia en el cuadro local y que pone empeño en la tarea de no bajar los brazos y advertir que resta mucho camino por recorrer y las posibilidades siguen vivas.