Por imposición, manos y oración de consagración de monseñor Antonio José López Castillo se efectuó la ordenación de los diáconos Balbino Angulo, Antonio Marín, Cristóbal Monges, José Virgüez y Edgar Yépez en la Santa Iglesia Catedral. Al acto asistieron todos los diáconos que sirven en las parroquias y vicarías de la Arquidiócesis de Barquisimeto.
Los diáconos son ministros que ayudan a los sacerdotes en la misa, administran los sacramentos del Bautismo y Matrimonio. También la Eucaristía; bendicen imágenes, casas, empresas, instituciones, vehículos, entre otros.
El arzobispo, previo a la consagración de los diáconos, explicó que a través de este paso los aspirantes deciden quedarse y vivir dentro de Dios.
El Evangelio nos recuera que nuestra vida es de servicio, hemos venido a servir, apuntó.
Aseguró que en la fe católica permanece la familia cristiana.
“Dios está contento por la decisión de estos jóvenes que decidieron vivir en la fe. Se sintieron llamados por Dios para servir a la iglesia y a Cristo a través del diaconal transitorio”.
Estos jóvenes, teniendo infinidad de opciones, se entregaron al reino de Dios. Solo la fe le da sentido a la vida, hoy como diáconos y luego como pastores. Solo en la fe tiene sentido el servicio diaconal, insistió el arzobispo.
“Lo que nos anima no es el poder temporal, lo que nos motiva es el Señor”.
Dios sabe si estos jóvenes son dignos, si llevan una vida apropiada en la fe para asumir el compromiso. Solo de esa manera estarían aptos para el ministerio diaconal. Si no hay en ellos doble vida y coherencia entre lo que piensan y desean ser.
“A través de esta consagración están dispuestos a cumplir la voluntad de Dios. Este tránsito es el camino al presbiterado, por lo cual deben estar unidos al obispo a fin de anunciar la palabra de Dios”.
Monseñor también expuso que los diáconos deben conocer la palabra, vivirla, de lo contrario no tiene sentido ejercer el diaconado como un servicio de caridad y ayuda al prójimo.
Teniendo como principio la fe en Dios, deben mantenerse intachables.
El ministerio diaconal demanda cumplir con el celibato como signo de caridad pastoral, como fuente de fecundidad espiritual, como fuente de crecimiento.
“Procuren entender bien, desde la fe, el por qué y el para qué del celibato. No se hace por hacer. Hay que comprenderlo imitando a Cristo célibe. Es el modelo a seguir. El celibato no es un desprecio a la sexualidad. Hay que tener mucho cuidado porque en esta sociedad hay desviaciones sexuales muy graves”, reflexionó López Castillo.
Reiteró que el celibato es para toda la vida, no durante tres o cinco años.
Monseñor dio a conocer que en siete años se han ordenado más de 30 diáconos transitorios, además de los permanentes.
Los diáconos deben estar dispuestos a trabajar desde lo más difícil y lejos.
De ese modo los candidatos se presentaron ante el arzobispo para recibir el ministerio. Los jóvenes prometieron desempeñar con humildad el servicio diaconal, asimismo, vivir en la fe con el alma limpia.