Sin duda alguna Carora destaca entre las ciudades venezolanas por ser una tierra que, tanto histórica como contemporáneamente, ha visto nacer a destacados hombres que dedican su vida y conocimientos al servicio de la región y del país.
Desde personajes ilustres de la medicina, la literatura y la política, hasta célebres y reconocidos artistas musicales han sido concebidos en esta tierra.
La educación no queda exenta de los aportes caroreños, pues la capital torrense fue la cuna de un distinguido ciudadano que entregó 44 años de su vida al desarrollo de la universidad larense, específicamente de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Ucla).
Su nombre es Roy Daniel Meléndez, Médico Veterinario, docente, investigador, escritor y ajedrecista, una pieza fundamental para el establecimiento y crecimiento de esta institución en la región, tanto académica como administrativamente.
En 1965 comenzó sus estudios en la Ucla, cuando esta aún se hacía llamar Centro Experimental de Estudios Superiores (Cedes) de Barquisimeto.
“La sociedad venezolana vivía momentos de gran nacionalismo, estábamos llenos de esperanza y optimismo por impulsar a Venezuela hacia el desarrollo económico, social, político y educacional”, considera.
Asegura que quien se graduaba salía con la convicción de conseguir pronto un puesto de trabajo, recibir un sueldo basto, comprar un carro y a mediano plazo adquirir una vivienda para construir su familia.
Explica que durante los 40 años de democracia que vivió Venezuela entre 1958 a 1998, los gobiernos de turno valorizaron a la educación en todos los niveles, invirtieron en infraestructuras educativas en casi todas las principales ciudades del país, fundado universidades a las cuales se les daba el apoyo financiero y legal correspondiente para su óptimo funcionamiento.
“Incluso se buscaba elevar el nivel del conocimiento de los docentes con programas de becas al exterior como el célebre Plan Mariscal de Ayacucho, el cual permitió que miles de venezolanos fuésemos a estudiar cursos de maestría o doctorado en prestigiosas universidades de países del primer mundo”, esgrime.
En docencia y formación de recursos humanos ha dictado clases de parasitología veterinaria, de inmunología, epidemiología y de Zoonosis a un estimado de 1.300 alumnos de pre y posgrado durante 25 años. Igualmente ha sido tutor de varias tesis y trabajos de grado; sin embargo, disfruta mucho más su faceta como investigador.
“Soy un convencido que la función principal de una universidad es la creación de Ciencia, la investigación científica con publicaciones que generen resultados en revistas arbitradas e indexadas, nacionales e internacionales”.
Por ello, le dedicó mucho tiempo al trabajo en el laboratorio que le permitió publicar 59 trabajos científicos, de los cuales 28 fueron escritos en inglés y divulgados en revistas internacionales.
Esta loable e incesante labor le llevó a ser el ganador del premio de investigación Lisandro Alvarado en el 2002, otorgado por el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la Ucla. Igualmente con su equipo de investigadores ganaron el premio CDCHT, mención: “Al mejor trabajo científico publicado en Ciencias Veterinarias” en los años 2009, 2011 y ahora en el 2015.
“Entre 1988 y 1998 investigamos sobre enfermedades parasitarias en bovinos Raza Carora, la cual es una raza autóctona lechera. Esos estudios contribuyeron a dar soporte científico al desarrollo de los rebaños Raza Carora y los resultados fueron publicados en revistas científicas de Inglaterra, Brasil Estados Unidos y Costa Rica”, comenta.
Sus destacados aportes e incesante labor, le permitieron jubilarse a los 48 años de edad como docente universitario.
No cabe duda alguna, de que el país y las universidades necesitan de más gente como Roy Meléndez, quien cree que es necesario una “verdadera inversión para poder rescatar el prestigio, no solo de la Ucla, sino de todas la universidades públicas del país”.