Los índices de producción en el país siguen en merma. A inicio de año el Gobierno Nacional propuso la conformación de Consejos Nacionales de Economía Productiva para enfrentar la crisis económica y con estos la activación de 15 motores que apalancarían distintos sectores del país.
Las reuniones con algunos empresarios fueron televisadas, lo que dio al país la sensación de un acercamiento entre el sector público y privado. Aunque reconocidos representantes de múltiples sectores de la economía dijeron que no fueron convocados, algunas medidas fueron tomadas.
A pesar de ello la crisis del sector industrial parece haber agudizado, lo que se refleja en anaqueles vacíos en todo el país. Al escenario de las materias primas y las restricciones en el acceso a las divisas, se sumaron par de aumentos salariales y la crisis eléctrica, que con el Plan de Distribución de Cargas representó hasta 21 horas de suspensión del servicio y por tanto de parada.
Sobre cómo logró el sector productivo privado sobrevivir a los seis primeros meses del año y cómo esperan superar el segundo semestre del año fueron consultados Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria); Alberto Gámez, presidente para Lara y director nacional de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras); y Giorgio Reni Casas, presidente de la Cámara de Industriales de Lara.
Al respecto, el representante nacional del sector industrial señaló que según resultados de la encuesta Coyuntura, correspondiente al primer trimestre del año, las compañías trabajan al 36% de su nivel operativo, situación que calificó como “extraordinariamente preocupante” y señaló que para el segundo semestre de 2016 podría registrarse una disminución del aparato industrial aún mayor.
“En la medida en que no se cambien las políticas económicas para brindar posibilidades a las empresas para que adquieran materias primas, repuestos y maquinarias para producir, será imposible pensar en una recuperación de la situación operativa de las compañías y de la economía venezolana”, expresó.
-Por delante no tenemos sino más pérdida de producción y menos empresas en funcionamiento.
Por su parte, Alberto Gámez, indicó que la tónica de complejidades para el país continuará para el segundo semestre de 2016, porque no se ha hecho nada para cambiarlo. Apuntó que las medidas tomadas a través de los motores económicos tampoco han sido efectivas.
A esto agregó que se mantendrá el “ataque feroz contra la empresa privada y lo que signifique el tema productivo”.
En este sentido, expuso que si bien siempre se dijo que los primeros seis meses del año serían complejos, jamás se imaginó la crudeza y magnitud de la dificultad económica. “El Gobierno sólo corrió la arruga”.
Sobre si el tema electoral podría ser razón para cambiar la orientación económica, expresó que no existe interés del Gobierno Nacional sobre este respecto, ya que aprecian mayores beneficios en limitar al país.
Reni Casas puntualizó que si no existe rectificación del modelo económico, los resultados serán similares a los primeros seis meses del año o más agudos.
Materias primas como traba
Olalquiaga subrayó que la falta de materias primas ha sido una de las razones por las cuales las industrias han debido paralizar sus operaciones, incluso aquellas empresas que dependen de materia prima nacional, responsabilidad de empresas del Estado, seriamente limitadas. Citó el caso del sector siderúrgico también paralizado por el tema eléctrico, lo que ha afectado a otros sectores como el metalmecánico y de envases.
A esto sumó que el sector agrícola tampoco cuenta con materiales e insumos, lo que disminuye la cantidad de hectáreas sembradas en el país. En este sentido, hizo mención del sector azucarero, que también suple a empresas del sector agroindustrial, generándose una paralización generalizada del sector productivo venezolano.
Recodó que la dependencia de la importación de azúcar cruda se ha incrementado en los últimos meses, al igual que el café y la carne, que igualmente son materias primas de transformación de otros sectores del país.
En este sentido, Gámez precisó que en un reciente recorrido por empresas fabricantes de velas en Lara, pudo conocer que en su mayoría estas se encuentran paralizadas por falta de parafina. Situación similar se registra en múltiples empresas.
No descartó que exista un inminente cierre de empresas tanto industriales como comerciales.
El presidente de los industriales en Lara detalló que en los últimos 17 años se han cerrado aproximadamente 8.000 empresas en Venezuela. Actualmente sólo se mantienen activas unas 4.000, es decir, que la capacidad industrial del país se ha disminuido a un tercio de su expresión, que además labora muy por debajo de su capacidad operativa. Se estima que sea a un 36% de su capacidad instalada.
Al comparar dicha operaciones con las registradas en 1998, podría decirse que el parque industria venezolano labora a un 10% o 15%.
La merma no es sólo en número de empresas, sino también en capacidad productiva de las pocas que aún funcionan.
Importación y petróleo
En cuanto a la importación de materias primas Olalquiaga subrayó que la dependencia de Venezuela de estas operaciones ha aumentado sustancialmente, producto de la insuficiencia nacional. No obstante, el país tampoco cuenta con suficiente divisas como para cumplir con el total requerido.
Venezuela, además, adeuda $12 mil millones a proveedores extranjeros.
Cierre de líneas de crédito
Olalquiaga indicó que la deuda no es de Conindustria sino de las empresas representadas por la cúpula.
Como consecuencia no sólo se le cerraron las líneas de crédito al sector, como efecto del control de cambio instaurado en Venezuela. “Las industrias han seguido las reglas, pero el Gobierno nacional ha desconocido el compromiso que tiene de transformar los bolívares que le pagan las empresas, producto de las ventas locales, en dólares para el pago de importaciones de materias primas”.
Señaló que aún si las empresas tuvieran la posibilidad de obtener crédito de los proveedores y/o comprar materias a proveedores con los cuales no se mantiene deuda, no existe actualmente un mecanismo a través del cual sea posible cambiar legalmente bolívares por divisas para la importación de materias primas. Subrayó que el Sistema Marginal de Divisas (Simadi) como mecanismo de cambio, actualmente no funciona y el sistema de Divisas Complementarias (Dicom) no ha arrancado formalmente. A esto sumó las prohibiciones de uso del mercado paralelo, también conocido como “mercado negro”.
Como resultado las compañías han cerrado, caso como el de Kimberly Clark y otras seis multinacionales en los últimos seis meses
Falta de divisas es limitante
Sobre si existen cifras al respecto de la cantidad de divisas entregadas a la industria, el presidente de Conindustria manifestó que se podría destacar que la asignación de divisas ha sido escaza y puntual, pero forman pare de un bagaje que no permite generar datos estadísticos.
Respecto a la adquisición de divisas y el compromiso del Gobierno Nacional, en voz del vicepresidente para el área económica Miguel Pérez Abad, de poner en práctica un sistema cambiario que promovería las inversiones en el país, Reni Casas expresó que el sistema de divisas no se ve operativo, lo que deja en incertidumbre al sector.
Subrayó que no se trata de que el Banco Central de Venezuela (BCV) “le dé o regale dólares a la industria” sino que autorice para adquirir las materias primas. Es el gobierno quien realiza la transacción directa con el proveedor internacional.
En esta área quien mantiene el control absoluto es el Estado.
Gámez, por su parte, sostuvo que es poco probable que le asignen divisas al sector privado y aunque el Gobierno se mantiene firme en el apoyo de la exportación, expresó que esta campaña es insuficiente si las empresas ni siquiera cuentan con materia prima para producir. “Si no nos autoabastecemos, cómo podemos exportar”, se preguntó.
“Nosotros no tenemos acceso al Dicom ni a ninguna divisas oficial, sólo las maneja el gobierno… Les gusta decir que tenemos que comprar a dólar libre y romper el cochinito, pero ya lo hicimos. Durante mucho tiempo sacrificamos nuestros ahorros para continuar.
Pero ya no tenemos de dónde”, dijo Gámez quien detalló que desde 2014 la asignación de divisas ha sido irregular y desde noviembre de 2015 no tuvieron acceso a estas.
Al consultarle cómo se mantiene la industria y cómo se puede mantener durante los próximos seis meses, subrayó que se trata de múltiples problemas y que inevitablemente continuarán las noticias negativas en materia productiva mientras no existan cambios en las políticas económicas.
La pérdida de las fallas eléctricas
Sobre cómo les afectaron los planes de distribución de cargas eléctricas, el presidente en Lara de Fedecámaras manifestó que estos cortes, incluso en el periodo de programación, representaron un grave daño para la industria.
Destacó que estos generó múltiples gastos a las empresas que no sólo debieron invertir en plantas eléctricas, sino que registraron daños en sus equipos, además de pérdida de materias primas.
En materia eléctrica Giorgio Reni Casas precisó que si bien las lluvias han aportado al embalse Guri, el dañó fue hecho. Indicó que las más afectadas fueron las empresas fabricación continua que debían iniciar la producción de cero, por lo que perdían lo que estaba en producción en líneas.
Sobre las pérdidas que estos cortes les generaban, expreso que el programa de cortes, que variaba entre las 2 y 3 horas, representó por semana, al menos, dos días de trabajo, con base en una jornada de trabajo de ocho horas por día.