Uno. La iniciativa de más de 500 mujeres quienes, literalmente, les pasaron por encima al cordón de militares para llegar a Cúcuta y comprar comida obligó al gobierno a ceder, aunque haya sido sólo por 12 horas. Ahora que el fracaso del cierre de la frontera quedó una vez más en evidencia el gobierno nacional y sus voceros como el gobernador Vielma Mora amenazan con que eso «no volverá a ocurrir». Tarde piaste pajarito… La verruga que tanto quería ocultar el régimen quedó a la vista: Hay crisis humanitaria. Hay escasez de comida y medicinas, contrario a lo que cuenta la historia oficial. Entre nosotros eso no es ningún secreto. Todos lo sabemos. Pero en el mundo hay asombro y estupor por el esfuerzo vil de un régimen que se niega a atender a sus ciudadanos sólo para proteger intereses políticos mezquinos de la despótica cúpula militar-civil atrincherada en Miraflores.
Dos. El régimen sigue a la defensiva. La pérdida de apoyo popular hace inminente su salida. Ahora Maduro no solo lucha contra la MUD y el rechazo popular generalizado que lo atormenta. A esto se suman facciones en el seno del PSUV y de la FANB que abiertamente discuten cómo salir del sepulturero del legado, del enterrador de la revolución. La desesperación para aferrarse al poder ha llevado a Maduro no solo a aislarse de las bases de su partido y del más práctico sentido común. Su último recurso es entregarle formalmente el manejo del gobierno a los militares, específicamente a Padrino López, ministro de la Defensa. La justificación de Maduro es lapidaria y triste tratándose de un fanfarrón como él: «El propósito es poner orden y autoridad en todas las cadenas de la economía». O sea, el orden y la autoridad que él no pudo lograr y que ahora espera resuelva el nuevo superministro militar.
Pero ahora las confrontaciones en el PSUV y la cúpula militar por el poder político toman una nueva dimensión con la designación de Padrino López como nuevo superministro. Aunque la fachada de su nueva misión será supuestamente el reparto de comida y tratar de ponerle orden a los militares en la administración pública, en el seno del PSUV hay otra lectura. Maduro se ve perdido y abandonado por sus camaradas y ante esto «se baja los pantalones» y se entrega en brazo de los militares. En el PSUV se da por descontado que este nombramiento es el preámbulo para la designación de Padrino López como nuevo vicepresidente de la República en sustitución de Aristóbulo, ante la posibilidad muy cierta de que Maduro pierda el revocatorio. La jugada, más que una respuesta a la MUD, sería entonces un intento por depilar del poder los cabellos del gobierno…
Y tres. La palabra de Rodríguez Zapatero está tan devaluada como el régimen cuyos intereses defiende. Nadie cree en sus gestiones como mediador imparcial en el conflicto venezolano. Son innumerables las muestras de apoyo servicial a los intereses del régimen las que han minado su credibilidad. Está tan imbuido en su papel de operador del régimen que ya hasta ha olvida las formas elementales de la prudencia en el rol que le asignaron. Entrevistado por Vladimir Villegas confesó que su mayor reto es convencer a la MUD. Luego, si su mayor reto es convencer a una de las partes de las bondades de la otra entonces estamos ante las gestiones de un operador político, no de un mediador imparcial. Un mediador profesional con sentido ético estaría tratando de restablecer la comunicación y la confianza quebrada entre el régimen y la MUD. De allí que la MUD haya propuesto ampliar la comisión mediadora con representantes imparciales de la Comunidad Internacional como condición previa para volver a una mesa de diálogo. Amanecerá y veremos.