El nombramiento del Ministro de la Defensa, General Padrino López, jefe de la Misión de Abastecimiento Seguro y Soberano, a quien deben rendirle cuenta la mayoría de los ministros del Gabinete de Nicolás Maduro, además de anular las mayoría de las funciones del Vicepresidente Aristóbulo Istúriz, marca el rumbo militarista que el Presidente de la República se propone imponer a los venezolanos a corto o mediano plazo, según las circunstancias políticas que surjan del desafío gubernamental al país y al mundo democrático, que busca una salida constitucional y cívica a la presente crisis que afecta a la nación.
Existen diversas variantes y modalidades políticas que los partidarios de las dictaduras del caudillismo decimonónico y del capitalismo de Estado del siglo XX, utilizan para intentar liquidar la democracia e imponer la barbarie personalista, militarista y dictatorial.
Sin que sea algo nuevo, porque durante la primera mitad del siglo XX, el fascismo en Italia y el nacionalsocialismo en Alemania, emergieron a través de una fachada electoral y un lenguaje democrático, para establecer feroces dictaduras, derrotadas sólo por los Aliados al final de la Guerra Mundial, en América Latina y en el llamado Tercer Mundo se corre el riesgo de una regresión a la barbarie, si las fuerzas democráticas no son capaces de unirse en la defensa del imperio de la Ley nacional y de todos los convenios internacionales que tienen como mandato el respeto a los Derechos Humanos y en general a la preservación de la democracia.
El control de los Poderes Públicos por parte del Ejecutivo, y en algunos casos la liquidación, de las instituciones fundamentales de la democracia, la violación frecuente de las leyes, es decir, la inobservancia de la Constitución Nacional y de los tratados internacionales firmados por la mayoría de los países del universo, colocan a nuestropaís, en la vía hacia el totalitarismo.
Y aunque la derrota del fascismo, del nazismo y del comunismo y su difícil retorno con crímenes masivos y campos de concentración, parecen tragedias lejanas, el gobierno del madurismo ha realizado y realiza diversos intentos de destrucción de las libertades públicas y de la propiedad privada para dar paso a un capitalismo de Estado que no sólo fracasó en la Europa comunista, sino que también llenó de pobreza y miseria a millones de personas, que si no quedaron desempleados, ganaban salarios de hambre.
La judicialización de la política, con el desconocimiento de las atribuciones constitucionales de la Asamblea Nacional, la cárcel, la persecución y exilio forzoso de los adversarios políticos del régimen, son claras evidencias de la tendencia militarista y totalitaria del gobierno de Nicolás Maduro, que además de ser denunciados, deben enfrentarse con coraje y firme decisión democrática.
El rechazo a las políticas del gobierno, por más del 80% de los venezolanos, es un claro indicador de que existe la posibilidad de revocar el mandato de Nicolás Maduro, mediante el Referendo y restablecer las atribuciones constitucionales de la Asamblea Nacional, para que controle a los administradores de los dineros de la nación, legisle para restaurar el Estado de Derecho y crear un clima de reconciliación de los venezolanos, que le abra el camino a la prosperidad, el bienestar y la libertad de todos los ciudadanos, y que cancele definitivamente la ruta hacia el militarismo y la barbarie.