Julio Cesar Álvarez, gerente general de la Asociación Venezolana de Criadores de Ganado Carora ( Asocrica), informó que la matanza de animales lecheros ha incrementado en cifras alarmantes en los últimos dos meses.
Señaló que el acto no es solamente un hurto, es una matanza, “es vandalismo claro y rampante”, puesto que en la mayoría de los casos descuartizan al animal para solo llevar lo que necesitan y dejan tiradas el resto de las partes.
“Allí se pulveriza el trabajo de años, el ahorro de nuestras familias y el futuro de los niños venezolanos que no tendrán leche que tomar, sí siguen estos actos”.
Resaltó que lo preocupante de la situación es que la buscan solventar mediante múltiples reuniones que no llegan a nada, y que existe gran cantidad de ganaderos que sufren estos mismos altercados y no denuncian por temor.
Considera que los organismos encargados de vigilar la zona están totalmente faltas de apatía ante lo que sucede, porque no se ha hecho justicia en buscar o apresar a quienes están detrás de dichos robos.
“Esto no es un acto que sucede porque estén pasando hambre, si fuese así se llevaran todo el animal, es una cuestión de abigeato para comercializar esas partes. Incluso hay información sobre robo de carne de caballos”.
Por otro lado, Mario Herrera, gerente de la Sociedad Regional de Ganaderos, detalló que en Torres no solamente ha incrementado el robo de ganado, la zona se encuentra azotada por la delincuencia, diariamente suceden robos a diestra y siniestra.
El domingo pasado en la Hacienda La Pastoreña, fueron hurtados 22 baterías de tractores y en aproximado son usurpadas 50 reses semanalmente en toda la región. La nueva modalidad es el hurto del lindero de las haciendas, en total han sido ultrajados 15 kilómetros de alambre en diferentes fincas.
En reuniones que los ganaderos han tenido con los diferentes organismos de seguridad, estos han prometido que van a implementar la vigilancia y será enviado un comando rural a revisar las fincas, y la carretera.
En el municipio Torres en aproximado hacen vida más de 1.000 familias ganaderas, las cuales aportan 250.000 litros de leche diariamente al mercado.
“La preocupación es que este tipo de actos desmotiva al ganadero, y esté al notar la gran cantidad de robos y que no exista ningún detenido responsable, originará una desconfianza que en un futuro ocasionará que no se inviertan en este tipo de fincas, y en esa manera disminuirá la producción de carne y leche”.