Ver la cantidad de venezolanos cruzando la frontera colombo-venezolana para ir a comprar en la cercana ciudad de Cúcuta productos básicos que no los hay en Venezuela, me produce una gran vergüenza.
Es, materialmente, decirle a esa fronteriza ciudad del hermano país de Colombia, sálvanos Cúcuta. No tenemos medicinas, no tenemos alimentos, no tenemos repuestos para carros, neveras, aires acondicionados, lavadoras, secadoras, no tenemos nada, por favor sálvanos Cúcuta. Un agradecimiento a Cúcuta, no sé si a su Cámara de Comercio o al gobierno, o a las asociaciones de producción colombianas o a todo el pueblo cucuteño. Ciertamente ha habido una gran solidaridad del hermano país. Su canciller María Ángela Holguín ha dicho, no dejaremos que nuestros hermanos venezolanos pasen hambre o mueran por falta de medicinas.
Gracias a Dios, Venezuela no es Cuba. Tenemos frontera con Colombia y también la tenemos con Brasil y eso alivia las penurias que estamos viviendo. Disparate inmenso el del gobierno venezolano al cerrar la frontera con Colombia hace unos meses. Está claro que allí hay una comunidad muy viva de nacionales de ambos países que realizan un intercambio comercial, humano y social de grandes dimensiones. Nada de lo que hace este régimen obedece a un estudio serio y técnico de las diferentes situaciones, lo que se hace es improvisar con base a sus conveniencias ideológicas y deseo de perpetuarse en el poder, y al improvisar todo sale mal y el pueblo es el que sufre.
Ya ese sufrimiento ha rebasado todos los límites, la nación venezolana no aguanta más padecimientos materiales, físicos y morales. Venezuela está pasando hambre y muere de mengua, pero por si eso fuera poco, nos llena de vergüenza el régimen que tenemos. Sentimos vergüenza con Colombia y el mundo entero. Hace pocos días, un mes quizá, la señora que ocupa el cargo de canciller de la república, no me atrevo llamarla canciller porque me parece que es mancillar la memoria de Andrés Eloy Blanco, Marcos Falcón Briceño, Arístides Calvani, Simón Alberto Consalvi y muchos otros verdaderos cancilleres, esa señora dijo hace unos días en el seno de la OEA que en Venezuela no hay desabastecimiento, hay de todo en mi país dijo la osada señora, llegó a decir que tenemos alimentos hasta para tres países. Una mentira tan grande que ahora la ha dejado en evidencia ante el mundo entero. No le dará vergüenza ver los rostros de los cancilleres ante quienes hizo esa afirmación.
Pero ese es el gobierno que tenemos. Nada se ha dicho de abrir definitivamente la frontera con Colombia. Al contrario, parece que continuará cerrada. El gobernador del estado Táchira ha dicho que Maduro abrió la frontera por unas horas “para evitar un show”. No sé si quisieron evitar un show, lo que sí lograron fue que quedara en evidencia la farsa de este régimen corrompido. Dicen que Maduro nació en Cúcuta, no lo sé. En todo caso, que entonces Cúcuta nos salve ahora.