La presencia de Miguel Cabrera (Tigres de Detroit) en la edición 87 del Juego de las Estrellas del béisbol de las Grandes Ligas, en el Petco Park de San Diego, generó toda clase de reacciones de admiración por parte de sus compañeros y rivales de otros equipos en ambas ligas, incluso cuando esta vez estuvo en el rol de reserva de la Liga Americana.
Después de ausentarse del choque estelar de 2015 por una lesión en la pantorrilla izquierda, Cabrera pudo estar presente por ocasión número 11 en un evento de este tipo desde su estreno en la gran carpa, en el año 2003. “Significa mucho para mí. Estoy muy orgulloso de estar aquí y emocionado por haber vuelto”, reconoció en declaraciones publicadas por el diario Detroit Free Press.
Llegó a la primera mitad del calendario regular con promedio de .293, 18 cuadrangulares y 53 carreras impulsadas y dijo sentirse “como si fuese la primera vez”, que asiste. El primera base titular de la Liga Americana, Eric Hosmer (Reales de Kansas City), no escatimó en elogios al ser consultado por su calidad.
“No hay dudas de ningún tipo. Cuando miras alrededor y ves a Miggy (Miguel Cabrera), (David) Ortiz y (Carlos) Beltrán, son jugadores que uno creció mirando y tratando de jugar como ellos y aprender. Estar en un mismo cuarto de lockers con ellos por un par de días es extremadamente especial”.
Hosmer era un adolescente en Miami cuando Cabrera debutó con los Marlins. Los también venezolanos Wilson Ramos (Nacionales de Washington) y José Altuve (Astros de Houston) no se separaron del maracayero y Xander Bogaerts (Medias Rojas de Boston) tenía la esperanza de hablar un poco más con él, en actitud más propia de un aficionado que de otro grandeliga.
“He hablado con él alguna vez en las jaulas de bateo y cosas así, pero definitivamente me gustaría hablar con él más esta vez. No puedo esperar a estar en ese clubhouse. Cuando lo vea solo, definitivamente voy a preguntarle muchas cosas sobre el bateo. ¿Cómo hace un ganador de la Triple Corona? Obviamente para mí es el mejor jugador de las Grandes Ligas”, dijo Bogaerts.
Cabrera, lejos de hablar de sí mismo, lamentó que no hubiese otros compañeros suyos esta vez. “Me entristeció. Muchos de mis compañeros han tenido un buen año y solo estoy yo aquí. Creo que ellos lo merecían y espero que puedan continuar jugando bien para regresar el próximo año”, dijo al puntualizar el caso del segunda base Ian Kinsler.
Dirigió además palabras de mucho respeto hacia el dominicano David Ortiz (Medias Rojas de Boston), quien está en el año de su despedida. “Él (Ortiz) significa muchísimo para el béisbol. Estamos tristes porque no va a jugar más pero estoy emocionado de que participe en su último Juego de Estrellas”.