Reflexión – Blasfemia (II)

-

- Publicidad -

Como dijimos en una entrega anterior, la palabra blasfemia viene del griego Βλασφημια y etimológicamente significa injuriar.

Es una palabra ofensiva, injuriosa que se dice contra Dios o las cosas sagradas. El enemigo de la Salvación entonces, logró que estos jóvenes y adultos del cual les hablamos, blasfemaran contra el mismo Dios, negando la majestad de la persona del Espíritu Santo. Logró apartaran el arbitraje divino, quien es el que aclara toda duda a través de su Palabra. Nunca interiorizaron un texto bíblico tan claro: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”. Juan 16:8. Esto sucede cuando la autosuficiencia toma el control de la personalidad del individuo y cierra su intelecto a la influencia divina.

- Publicidad -

Dice Dios “Él convencerá”. Una fuerza que es impersonal, no convence. Obviaron un evento que narra La Santa Biblia cuando Jesús les dio la noticia a sus discípulos que menos esperaban. Que iba a morir. Lógicamente, los discípulos se sintieron asustados, preocupados y hasta desesperados cuando Jesús se los dijo. Por cuanto no sólo les anunció que él iba a morir, sino que ellos también estaban expuestos a ser asesinados: “Os expulsarán de las sinagogas; y aún viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios”. Juan 16:2.

Imaginen ¿quién no se iba a asustar con tremenda amenaza? Y venida precisamente de su Maestro. Del Mesías. Por ello, le suplicaban que no permitiera que eso sucediera. Pero les dijo: “Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré”. Juan 16:6,7.
¡Aaaaaaah! el Consolador. ¿Y quién es el Consolador? Obviamente el Consolador es la persona del Espíritu Santo. ¿Qué quiere decir consolar? El diccionario lo define también como un verbo cuya acción significa: “Aliviar la pena o aflicción de una persona”. Preguntamos otra vez: ¿Es que una fuerza energética o una energía, como dicen estos hermanos, puede consolar a una persona? ¡Por supuesto que no! Necesariamente tiene que ser otra persona quien consuela. Su mamá, su papá, un amigo o una amiga. Esa es la obra de Dios, del Señor Jesucristo, en la persona del Espíritu Santo.

Los tiempos tan difíciles que estamos viviendo en este país. La grave crisis que tristemente está golpeando el bolsillo y sobre todo el estómago de todos los venezolanos no debe apartarnos de Dios, sino todo lo contrario. Entonces, sacar el Espíritu Santo del contexto donde Dios lo ha colocado es abrir la puerta al enemigo para que nos tome, desesperemos y nos perdamos. Debemos ir al Manual Divino siempre, garante de nuestra vida espiritual: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios». Rom. 8:14. ¿Cómo les parece?

Ojalá y todo aquel que tenga dudas acerca del Espíritu Santo comprenda esta inspirada explicación. “El Espíritu Santo puede obrar en la mente y el corazón del ser humano y atraerlo a Cristo… Pero el Espíritu Santo de Dios no interfiere con la libertad del ser humano. El Espíritu Santo se da como un ayudador a fin de que el hombre pueda cooperar con la Divinidad, y es dado para que Dios pueda atraer al alma, pero nunca para forzar su obediencia”. Elena de White. ¿Más claro? ¡Hasta el próximo martes Dios mediante.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -