Garantizar bienestar para todos los miembros de la familia es la premisa. Los niños especialmente, deben recibir cuidados importantes para crecer de la mejor manera y el uso de protectores solares por ejemplo, es fundamental desde los primeros meses de vida. Acompáñenos a conocer mucho más sobre la importancia de estos productos
Entendemos por protector solar a la loción, gel, spray u otro tópico, encargado de proteger la piel de la acción de rayos solares, siendo en los más pequeños un gran aliado o “superhéroe” que debe ser aplicado no solamente en la playa o la montaña, sino también en el día a día.
Al respecto, la Doctora Daniella Lugo, pediatra y especialista en dermatología de niños y adultos, comenta que los países que más sufren por la incidencia del sol son los tropicales (entre los que se encuentra Venezuela), lo que se traduce en el uso de este tipo de productos de manera obligatoria a partir de los seis meses de edad, con el objeto de garantizar una piel sana y prevenir enfermedades que puedan desencadenarse progresivamente.
En este sentido, el protector debe ser aplicado 30 minutos antes de la exposición solar para conseguir eficacia en el producto, además de ser retocado cada cierto tiempo de acuerdo al grado de incidencia frente al cual se esté; todo ello con el objeto de prevenir cualquier manifestación clínica como efélides, lentigos y ritides, caracterizadas por síntomas específicos visibles, entre las que destacan: manchas, masas sobresalientes o gran cantidad de arrugas.
De igual forma, según Lugo es importante comprender que cada piel es distinta, y por lo tanto, presenta un fototipo o capacidad específica para asimilar la radiación solar, siendo las de tipo I, II y III (pieles más blancas o claras) más propensas a adquirir enfermedades delicadas como el cáncer de piel; de allí que sea necesario un cuidado, chequeo y control permanente con el dermatólogo de confianza. “Hay lesiones que al exponerse al sol pueden modificarse y convertirse en enfermedades muy serias. La recomendación es no dejar de visitar al especialista”, puntualiza.
Un hábito poco común
La doctora también comenta que establecer hábitos desde el hogar con respecto al uso del protector solar es primordial, y sin duda alguna, la piel lo agradecerá con el pasar de los años. En este sentido, lo primero es el aseo del niño basado en la limpieza con un dermolimpiador o jabón (sin detergente); luego la aplicación de la loción hidratante o crema humectante para restaurar la barrera cutánea; y finalmente, la incorporación del protector solar a la piel.
Actualmente existen en el mercado diversas opciones, algunas de ellas también con la capacidad de repeler insectos, lo recomendable es aplicar en primera instancia una “línea kids” o de niños; si no tiene, cualquier otro que sea para adultos también servirá; sin embargo, debe tomarse en cuenta el factor de protección solar (que oscila entre 30 y 100 como índice preestablecido), dependiendo de la marca, su efectividad y el uso, ya sea para la cotidianidad o para unas vacaciones en lugares naturales.
En el caso de los pequeños que sean alérgicos a este tipo de productos, es vital no alarmarse por una reacción en particular, la clave está en conocer los componentes o el “vehículo” del protector y determinar cuál el más indicado según sea el caso de cada niño.
Para tomar en cuenta…
– Si no puede acceder a un protector solar para niños, recurra al de adultos. Lo importante es proteger la piel diariamente.
– Prefiera protectores en crema o spray, los de gel no son recomendables para los más pequeños, tenga presente que su piel es mucho más delicada.
– Existen enfermedades transmitidas por insectos, por lo tanto, este tipo de productos con una función repelente resulta una buena opción.
– Si está en la playa o en la montaña, el protector debe retocarse cada 60 minutos. Recuerde que la incidencia del sol en este tipo de sitios es mayor
– Para protegerlos aún más de los rayos ultravioleta, puede colocarle un sombrero de ala ancha o lentes. Ambas cosas están permitidas.
– En la ciudad, el protector debe aplicarse en la mañana, al medio día y en la tarde en zonas del cuerpo expuestas a la luz solar o artificial.
– Un Aspecto positivo es el uso de protectores labiales, estos deben usarse habitualmente y ser aplicados todas las veces que se considere necesario.
– A pesar de que la medicina natural es efectiva, aún no está comprobado que pueda sustituir por completo este tipo de productos.
– En el caso de los niños albinos, la protección frente a los rayos del sol debe ser siempre mayor.
– Es fundamental el consumo de frutas con alto contenido líquido como patilla, melón, lechosa y mandarina. Recordemos que la piel debe hidratarse constantemente.
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