“Me temo que la memoria me juegue una mala pasada y se me borren los recuerdos, detalles simples que hacen de nuestra vida un cuento mágico”; es así como Patricia Graterón, periodista venezolana, decide gracias a Paulina y Claudina sus dos pequeñas, involucrarse en un trabajo lleno de magia basado en “hacer cuentos para niños”, donde cada uno es el protagonista de su propia historia personalizada
Ser mamá en esta época significa querer capturar cada detalle de los niños, momentos especiales, travesuras y anécdotas que el tiempo va borrando, pero gracias a la tecnología y a la idea de Patricia, las historias pueden perdurar al paso de los años. Fue así como decidió comprar una cámara para convertirse en “Mamarazzi en acción”, un término propio que para Patricia implica congelar los momentos que probablemente son “los mejores años de nuestras vidas”, según cuenta entendió al leer «Madre sólo hay una, papás hasta en el supermercado» de la autora Rosaura Rodríguez, donde describe como los primeros cuatro años de la vida de los niños para cada mamá es una muestra de verdadero amor, ternura, dolor y entrega…pero los hijos ¡no los recuerdan! ya que su conciencia se forma cuando empieza a ordenar “cepíllate, haz la tarea, cámbiate la ropa”, por lo que se puede recordar a la mamá autoritaria o rígida. “Yo quiero registrar mis emociones para acordarme como era”.
A partir de allí, surge la iniciativa de crear un cuento basado en las fotografías, pero no una pose perfecta, sino capturas genuinas que muestren la realidad de una etapa de la vida, sean hijos únicos o con ermanitos.
El primer cuento
Sus hijas conformaron el modelo piloto de una historia con princesas y mucha fantasía, donde Patricia involucra una trama relacionada con las emociones y valores que quisiera inculcar en sus niñas. Esta historia es un fragmento del libro de su “versión de los hechos”, sobre sus vivencias con ellas, del que luego imprimirá dos ejemplares, uno para cada una.
Como toda nueva idea, poco a poco sus familiares y amigos se enteraron, quedando encantados hasta empezarlo a solicitar y recomendar. Actualmente unos 18 cuentos integran la colección de Patricia, donde niños desde los 10 meses de edad hasta 12 años, tienen una historia.
Haciendo el cuento
El proceso comienza con una entrevista junto a los padres y niños (si tienen una edad donde pueden aportar sus ideas), para empezar a recrear la historia basada en un tema que quieren sea contado. “Una niña que nació previa inseminación artificial o que la mascota de la casa es muy querida y debe aparecer su foto, son algunos datos que dan los padres para saber cómo orientar la historia”. La parte más divertida es cuando los niños entran en personaje y quieren ser algún superhéroe o escenificar alguna foto dentro del cuento.
Por los momentos, Barquisimeto, Valencia, Caracas y algunas ciudades de Estados Unidos, son los destinos hacia donde Patricia puede trasladarse al momento de realizar la sesión de fotos. Luego se acerca la etapa del diseño, la ilustración y la impresión que puede tardar de tres a cuatro meses. Patricia comenta que procura entregar el cuento en las manos de los niños, un momento muy especial lleno de satisfacción, especialmente cuando coincide con fechas como un cumpleaños o navidad.
Historias reales
Más allá de hadas, princesas y piratas, Patricia quiere proyectar historias reales de niños que tienen situaciones difíciles en su vida como alguna enfermedad o dificultad económica. Estas iniciativas, les gustaría llevarlas de lo personalizado a lo colectivo, reproduciéndolos para que sean adquiridos por los lectores que así lo deseen. Niños guajiros en condición de refugiados, una niña con virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y un niño con una familia homoparental que reside en Nueva York, son algunos de sus próximos proyectos.
Es de gran satisfacción sentir cumplido el objetivo cuando los niños reciben su cuento y los amoldan a su estilo, como el caso de la historia “Dos hermanas y la luna”, donde el mensaje hizo a las niñas ubicar a su mamá como la luna del cuento, aunque no fuese creado con ese propósito.
“Es la magia de escribir algo y el otro se apodera”.
“Dos hermanas y la luna”
Dayana le confesó a la luna que tenía miedo, porque tenía más dudas que certezas. No se decidía en como viviría su vida. Si sería bailarina, o bióloga, karateka o astronauta.
La luna que era muy sabia le preguntó:
-¿Qué es lo que más disfrutas hacer?-
Ella allí no tuvo dudas, y contestó:
-Soñar despierta con mi hermana menor-.
Con esa respuesta le sacó una sonrisa a la luna y le dijo:
-Entonces ya conoces todo lo que necesitas saber, aunque no lo veas claro ahora, tienes más certezas que dudas. La vida es importante para estudiar, crecer y bailar. Pero solo cuando se comparte con quienes más quieres, solo entonces podrás decir que encontraste la felicidad y conoces lo que es triunfar-.
“Es imposible que esto se me hubiese ocurrido o que haya tenido paciencia para hacer una sesión de fotos infantiles y que surjan ideas mágicas si no hubiese sido madre”
Información: @habíaunavezunafoto_