Las reservas internacionales del Banco Central al haber llegado a 11.956 millones de dólares, indica la caída más drástica en los últimos cuarenta años.
La afirmación la hizo el Dr. Orlando Zamora, ex jefe de la División de Análisis de Riesgo Cambiario del Banco Central de Venezuela, entrevistado telefónicamente por EL IMPULSO.
Hace cuatro décadas llegamos a tener 8.000 y 9.000 millones de dólares de reservas, pero el 70% era efectivo y el oro representaba el 12% Ahora tenemos más oro y el efectivo es prácticamente inexistente.
Esta situación, explicó, es producto de la separación del ingreso petrolero por la vía de las reservas internacionales, como ocurría en el pasado cuando el BCV administraba el ciento por ciento de la producción de esos recursos.
Eso dejó de ser así con la reforma de la Ley del BCV en el 2005, indicó. Pdvsa tomó el lugar de administrador de esos recursos y lo hizo sin acopio de la experiencia del BCV, sin una proyección de ahorro como una fuente para preservar en caso de dificultades, tales las que vivimos actualmente; se administraron los recursos sin criterio de rentabilidad, de recuperación, de reinversión y renta verdadera; es decir, toda una historia que nos está golpeando y que ha llevado a que el concepto de reservas internacionales, que es la capacidad de un país de pagar sus compromisos, de mantener abierto el comercio internacional, se haya deteriorado y esté en unas condiciones deplorables.
La estructura de las reservas internacionales no es con activos líquidos de dólares e instrumentos negociables, sino por el oro que prácticamente constituye más del 80% de esas reservas.
Venezuela ha deteriorado esas reservas porque ha salido de posesiones que tenía activas en el Fondo Monetario Internacional, como los llamados Derechos Especiales de Giro, que era dinero convertible en dólares. Ya de los 3.600 millones que disponía hace tres años, apenas le quedan a Venezuela unos 700 millones; además se ha perdido la capacidad de tener instrumentos en bonos importantes.
Los efectos inmediatos de esta situación son que el bolívar no tenga un respaldo o lo que es lo mismo, no tiene valor. Nuestra moneda no es de reserva. Por el contrario, la gente busca deshacerse de los bolívares para tener activos con valor.
Hoy está en duda si Venezuela puede pagar sus compromisos de deuda. Hasta ahora lo ha venido haciendo con un enorme sacrificio de su población. Se ha desprovisto al pueblo de alimentos y medicinas porque se ha tenido que pagar la deuda, que alcanza al año un promedio de 15.000 millones de dólares. Se suman los intereses tanto de la República como de Pdvsa.
A partir de este año los organismos tienen dudas de que Venezuela tenga capacidad para pagar su deuda. El país está en una situación dramática por lo antes expuesto. Y el segundo semestre será más crítico que el primero porque no hay dólares para traer alimentos.
Argentina, Brasil y Nicaragua están exigiendo pagos adelantados cuando se les pide suministros, éstos no están llegando a los puertos, a donde no están atracando los barcos. Lo poco que se trae es del Caribe.