En la Eurocopa de 1984 ganada por Francia en su país, Michel Platini fue la gran estrella con 9 dianas. Antoine Griezmann lleva 6 y hasta ahora ha sido el líder indiscutible de los Bleus, con una aportación clave para alcanzar la final del domingo ante Portugal, en la que el atacante del Atlético de Madrid intentará emular a su ilustre compatriota.
“Estoy feliz con los goles, pero todavía estoy muy lejos de Platini”, afirmó Griezmann, casi abrumado por la comparación, después de la semifinal en el estadio Velodrome de Marsella, donde fue el héroe con un ‘doblete’ para eliminar a Alemania (2-0).
Los paralelismos entre la estrella actual y el tres veces Balón de Oro no tardaron en llegar, con el recuerdo de la Eurocopa de hace 32 años.
“Griezmann firmó un doblete que le convierte en el máximo goleador de la Eurocopa. ¿Y pronto en digno heredero de Platini?”, se preguntaba el diario deportivo de referencia de Francia, L’Équipe.
Platini sólo jugó una Eurocopa, pero deslumbró con 9 goles, una cifra que nadie ha conseguido repetir en una edición. Fue hasta esta Eurocopa el récord de goles acumulados por un mismo jugador en el torneo, hasta que el portugués Cristiano Ronaldo le alcanzó el miércoles con su gol a Gales en las semifinales (2-0). El astro del Real Madrid ha necesitado cuatro Eurocopas para lograr la cantidad que Platini consiguió en una, pero ahora puede superar el récord si marca con Portugal en la final.
Griezmann no había jugado una Eurocopa hasta ahora, pero sus 6 goles en lo que va de torneo, que todavía podría aumentar en la final, le colocan ya entre los primeros goleadores de toda la historia del torneo.
Sólo le superan tres hombres, Platini y Cristiano Ronaldo con sus 9 dianas cada uno, y el inglés Alan Shearer, que marcó 7 goles entre las Eurocopas de 1996 y 2000.
Después ya está Griezmann, empatado con 6 en la tercera posición con otros cinco jugadores, el sueco Zlatan Ibrahimovic, el portugués Nuno Gomes, el francés Thierry Henry y los holandeses Patrick Kluivert y Ruud Van Nistelrooy.
Y eso que Griezmann comenzó muy mal el torneo, con un partido en el que fue una sombra por el campo ante Rumanía (2-1), lo que le hizo ser suplente frente a Albania. En el 90, desatascó el 0-0 con un gol que luego fue confirmado por su compañero Dimitri Payet para el 2-0 final.
Especialmente valiosa fue su aportación en octavos de final, para remontar 2-1 a Irlanda con un ‘doblete’ y participó con una diana de la fiesta ante Islandia en cuartos (5-2).