Escogieron uno de los momentos de mayor movilización dentro del Centro de Coordinación Policial número uno (CCP 1) Los Próceres de la policía del estado Portuguesa, para el ataque.
Cerca de las 08:00 de la mañana de ayer, cuando los efectivos hacían la lista y parte, como se le llama al momento en que se presenta al equipo de cada guardia, aparentemente desde un vehículo o una moto lanzaron una granada hacia el estacionamiento interno del recinto, lugar habitual de la formación.
La explosión dejó 35 funcionarios heridos, entre ellos cuatro mujeres, y uno de tanta gravedad que ingresó sin signos vitales al hospital Miguel Oraá, hasta donde fue trasladado en una patrulla inmediatamente después del inesperado estallido. Elvis José Medina Santiago era su nombre.
Además del funcionario se registró otra muerte, al parecer, de uno de los hombres que lanzó la granada. Guanare, capital del estado Portuguesa y ajena a sobresaltos de este tipo, fue por horas un eco ensordecedor de sirenas. Ambulancias entraban y salían raudas del centro de salud movilizando a las personas malheridas. Pero allí no había espacio suficiente para atender una emergencia de tal magnitud, motivo por el cual la mayoría de pacientes fue remitida a la Clínica del Este y a Centros de Diagnóstico Integral (CDI) de la ciudad.
En el Miguel Oraá solo quedaron internados dos de los funcionarios con diagnósticos de alto riesgo. A uno de ellos, de 35 años de edad y cuyo nombre fue protegido por su familia, lo aquejaba un hematoma cerebral. Una astilla del proyectil se le incrustó en la cabeza y comprometió el órgano, explicó una enfermera que lo atendía.
En la tarde, cuando permanecía en la sala de observación de emergencias era incapaz de reconocer a sus allegados y tenía inmóvil el brazo y la pierna derecha. Intervenirlo quirúrgicamente no era una opción. Por el tipo de lesión, dijo la enfermera, era necesario esperar 48 horas y, de acuerdo a su evolución, determinar el siguiente tratamiento.
Como él otros tres miembros del organismo de seguridad se encontraban en estado de salud crítico, tal como lo dio a conocer un compañero del funcionario diagnosticado con el hematoma cerebral.
Tranquilidad interrumpida
En comparación con el resto del territorio de Portuguesa, Guanare registra un índice menor de inseguridad. Así lo indicó uno de los supervisores del CCP 1 Los Próceres, Exdiem Villa.
En 30 años de servicio, recordó, ningún organismo de seguridad había sido blanco de un atentado ni tampoco de ataques similares.
La misma noción la tienen quienes habitan la región. El de ayer fue un acontecimiento inédito con la salvedad de que los últimos meses, comentó un nativo de Guanare, la ciudad se ha vuelto muy peligrosa, sobre todo en la zona del centro.
Con todo, pocos lugareños se atreven a deducir los motivos del ataque. Un vecino de la urbanización Simón Bolívar, del sector Los Próceres, donde está ubicada la comandancia, temeroso de aportar su nombre, atribuyó el suceso a «un saboteo», debido a que se había programado una marcha oficialista y «Portuguesa es un estado revolucionario», comentó.
Investigaciones
Pasada la convulsión de las primeras horas de la mañana, cuando detonó la granada en la comandancia, en la tarde, el ambiente retornó medianamente a la normalidad. En el CCP 1 el movimiento de entrada y salida de oficiales era tranquilo.
Medidas diferentes se tomaron en los alrededores de la sub dirección general de la policía estadal, donde se limitó el acceso vehicular y algunos funcionarios se distribuyeron en las calles para monitorear la zona. Para este viernes, estaba previsto que el comandante Otilio Hernández asumiera la dirección de la policía de Portuguesa, para suplir a la autoridad anterior que falleció en un accidente.
En el hospital Miguel Oraá, no había resguardo policial masivo, pese a las supuestas amenazas de que lanzarían otro artefacto explosivo allí. Algunos empleados, incluso, aseguraban que hubo un intento frustrado y otros descartaban la versión tachándola como un rumor.
Para aclarar los detalles del hecho y dar con los responsables, el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) inició, en breve, las investigaciones. Para esto, se trasladó a la sede de la institución una comisión de Caracas.
Entre tanto, el Ministerio Público asignó al fiscal 24º nacional auxiliar y 1º del primer circuito del estado Portuguesa, Carlos Castro y Javier Uzcátegui, para investigar la muerte del oficial Medina Santiago.
Extraoficialmente, se conoció que durante la noche de ayer el Cicpc emprendió varios allanamientos en Guanare.
Oficial ejemplar
Un hombre “cumplidor y responsable” fueron los dos adjetivos que saltaron primero en la memoria del supervisor Exdiem Villa para describir al oficial Elvis José Medina Santiago, quien estuvo bajo sus orientaciones.
Medina Santiago se aseguró a lo largo de ocho años de servicio, desde que egresó de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes), de cumplir a cabalidad con las tareas encomendadas como parte del equipo de vigilancia y patrullaje, específicamente, en el cuadrante número 16 de motorizados. Su boleta de conducta lo refleja. Hasta ayer, no tenía ninguna sanción disciplinaria.
La vocación de servicio, consideró Villa en conversación con EL IMPULSO, condujo a Medina Santiago a elegir como oficio proteger la vida de otros.
Con su muerte, a los 31 años, deja huérfano a un niño y sumida en dolor a su esposa, también funcionaria activa, y al resto de su familia.
Se conoció que su cuerpo sería velado en la casa materna situada en el barrio La Enriqueta de Guanare.