Más de una semana tenía un grupo de hampones atacando el trasporte público que transita por la avenida Florencio Jiménez a la altura de El Tostao. Las horas preferidas eran las de la noche.
Los maleantes eran ajenos al lugar, unos desconocidos que estaban escondiéndose en dicha barriada y los delincuentes que mandan en la zona se molestaron por esa invasión.
Los cazaron la noche del miércoles en la comunidad de Santa Rosalía, al oeste de Barquisimeto, y les dieron muerte a dos de ellos. Un adolescente de 14 años de edad resultó lesionado.
Reportados por vecinos
Faltando 20 minutos para las 9:00 de la noche del miércoles reportaron la presencia de un cuerpo en la quebrada Las Clavellinas, ubicada en la calle Lara, sector Trigal I de Santa Rosalía. El mismo estaba tendido boca abajo. Se trataba de un muchacho de tez morena, vestía con una chemise morada y un jean negro. Los residentes de la zona indicaban que había otros. Dijeron haber escuchado muchas detonaciones. Efectivamente cerca del lugar estaban dos cuerpos más, en el callejón San José.
Allí estaba otro joven tendido boca arriba. Vestía un mono gris y una chemise verde con blanco. A su lado un jovencito con un disparo en la cara, pero estaba con vida y fue auxiliado y trasladado hasta el seguro social Pastor Oropeza, en donde aportó sus datos y se conoció que tenía 14 años de edad.
Un hermetismo y algo de tensión se sentía en el lugar. Las personas que allí estaban solo murmuraban.
Un testigo que no quiso identificarse por temor a represalias comentó que supuestamente los dos fallecidos y el lesionado habían asaltado a una buseta de la Ruta A y la metieron hacia Santa Rosalía. Fue en ese momento cuando un grupo de delincuentes los cazaron, los persiguieron y dispararon en reiteradas ocasiones, dándole muerte a dos de ellos.
Pero en el lugar nadie se atreve a decir quiénes fueron los perpetradores del crimen. No saben si son miembros de una banda de Santa Rosalía o de El Tostao, zonas en que estos jóvenes estaban operando.
Al lugar del crimen llegaron funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Hicieron el levantamiento de los cadáveres, los cuales fueron ingresados a la medianoche a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, sin identidad alguna.
Identificados
Al amanecer llegó un familiar de uno de los fallecidos, ingresó al lugar e indicó que se trataba de Gerardo José Burgos Vásquez, 19 años de edad; y así como apareció se fue, porque debían estar en el seguro social atentos del adolescente de 14 años lesionado, quien aparentemente es su hermano.
Burgos Vásquez estaba residenciado en Cabudare, municipio Palavecino.
Alrededor de las 9:30 de la mañana de ayer, llegó otra joven a la morgue. Era morena, delgada, vestía una camisa morada y estaba acompañada de un niño. Angustiada, preguntaba si habían cuerpos sin identificar, porque una amiga la había llamado indicándole que aparentemente su hermano era una de las personas asesinadas en Santa Rosalía.
Llamaba nerviosa. Otras mujeres llegaron acompañarlas e indicó que no veía a Robert Luis Soto Colmenarez, de 20 años de edad, desde la mañana del miércoles, cuando salió de casa de su madre en El Cercado, al este de la ciudad y dijo que iba a visitar unos amigos en Santa Rosalía.
Aseguró que su hermano había estado por mal camino, pero ahora trabajaba en una panadería en el centro de la ciudad. Su madre siempre lo aconsejaba y aparentemente estaba “haciendo caso”, dijo Marbelis Soto.
“Hermana, estoy muy alegre, porque seré papá”, fueron las palabras que expresó Soto Colmenárez a su hermana. Así lo recuerda e indica que aunque era muy reservado y callado con sus cosas, con el nacimiento de su primera hija estaba muy contento. Tenía una novia con siete meses de embarazo.
A eso de las 11:00 de la mañana fue cuando pudo constatar que el cadáver que se encontraba en la morgue y vestía una chemise morada y pantalones negros en el momento del crimen, era su hermano. El llanto al saber la mala noticia estremeció toda la morgue.
Era el tercero de siete hermanos.
Tenían prontuario
Los dos fallecidos tenían historial policial. Burgos Vásquez era conocido como “Gerardito o El Mopa”. Según su historial era integrante de la banda “El Guasón”, de Cabudare, y fue detenido junto a su líder y dos jóvenes en febrero del 2015.
En esa oportunidad autoridades de Polilara indicaron que se trataba de una organización delictiva dedicada a perpetrar homicidios en el municipio Palavecino.
Indicaron que tanto “El Guazón” como “El Gerardito” estaban involucrados en la muerte de Jorge Luis Falcón Rodríguez, hecho ocurrido el 17 de diciembre de 2014. Asimismo, dejaron parapléjico a Anderson Meza, tras ocasionarle lesiones graves, el 13 de octubre de 2014, puntualizó el jefe policial.
Otro de los asesinatos que se le atribuye a esta banda es el de Jhonger Colmenárez, el 8 de enero del 2015; le propinaron cuatro impactos de bala cuando la víctima se encontraba en la calle principal de El Palaciero.
Las andanzas de este grupo criminal también alcanzaron a la alcaldía de Palavecino. En ese ente público robaron una moto propiedad del municipio, precisó.
Así mismo aseguraron que ambos hampones estaban fugados del Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins (El Manzano). “Gerardito o El Mopa”, fue trasladado hasta la comisaría de Río Claro, donde este sujeto el 28 de diciembre abrió una reja y logró fugarse de nuevo. Desde ese entonces estaba evadiendo la justicia.
Sobre Soto Colmenárez, su propia hermana indicó que era conocido como “Gasolina” y tenía seis meses libre. Estuvo recluido por un año y seis meses en el centro penitenciario de Guanare, conocido como Cepella. Ella no especificó el delito e incluso en el sistema de la policía tampoco aparece: solo una solicitud de 2014.