Transcurrido el plazo dado para ser atendidos un grupo de trabajadores de la Universidad Fermín Toro (UFT) retomó, ayer, las protestas para reclamar el cumplimiento de las cláusulas del contrato colectivo firmado en 2013.
Sin abandonar sus tareas, cada uno se colgó un cartel en el cuello donde detallaron las reivindicaciones más relevantes del contrato. La cancelación del aumento del 58 por ciento del salario acordado en el documento, el cual se iba a pagar de forma fraccionada, es decir, 30 por ciento en 2013, 14 por ciento al año siguiente y otro 14 por ciento el año pasado, figura como la más urgente.
Solo una porción de la nómina del área administrativa recibió el primer incremento, pero los de vigilancia y mantenimiento aún siguen sin disfrutar del mejoramiento salarial, puntualizó el vigilante Edgar Rojas.
Entre los acuerdos incumplidos Rojas también incluyó la ausencia de enlaces con empresas privadas para facilitar a los empleados la compra de productos regulados y el atraso en la dotación de uniformes e implementos de seguridad.
A la lista, el auxiliar de biblioteca, Xavier Lleixa, adicionó el desacato de la cláusula 21, donde se le garantiza al trabajador transporte hasta su lugar de residencia cuando labore en horario nocturno.
La justificación de las autoridades por la acumulación de deudas, dijeron los manifestantes, es el presupuesto. “La universidad se escuda en la crisis del estado y del país”, refirió Rojas, argumento sin fundamento para él y el resto de los trabajadores afectados porque el contrato se oficializó hace tres años y en aquel momento pudieron haberlo cumplido.
Las acciones de protesta comenzaron hace tres semanas, cuando un grupo de empleados se encadenó en la entrada de la sede de la UFT. Continuaron la manifestación simbólica con carteles, la suspendieron momentáneamente tras reunirse con el vicerrector académico Pedro Briceño y pasado un periodo prudente para el cumplimiento de sus exigencias retoman las actividades, pero esta vez se rehúsan a ceder a otro diálogo.
“No queremos diálogo. Queremos hechos”, dijo enfática Migdali Lucena.