A raíz de los resultados arrojados por el referéndum del pasado 23 de junio, efectivamente se tiene la percepción, a todos los niveles, que el Viejo Continente avanza hacia la agudización del caos.
Las implicaciones y los posibles escenarios, en medio de la incertidumbre generalizada, marcada por factores de naturaleza disimiles, pero profundamente interconectados, con cierta timidez, sobre todo en el mundo financiero, aconsejaban cautela y prudencia a la hora de calcular riesgos y tomar decisiones. Obviamente, las implicaciones afloran con fuerza inusitada y ratifican las características de impredecibilidad de tal evento, en el común de los análisis. No obstante, algunas precisiones muestra la propia realidad, que se encargó –una vez, como suele decirse– de torcerle el cuello a los pronósticos de los líderes políticos.
Esos líderes políticos a quienes, junto con los dirigentes corporativos y asesores científicos, Fritjoj Capra, autor de El Punto Crucial y La Trama de la Vida, entre otros textos que abonan al surgimiento del pensamiento sistémico y el descubrimiento de las Leyes del Caos, responsabiliza por la obsoleta visión del mundo sobre la cual soportan sus medidas con
las consecuencias que acarrea en medio de la crisis global que todos padecemos.
¿Qué traduce la salida del Reino Unido de la Unión Europea? La diversidad de criterios es amplia. Una respuesta de ciudadanos que están conscientes de la equivocada política instituida hace más de una década por el gobierno norteamericano que impulsó desde la invasión a Afganistán y continuó luego con los demás países de África y del Medio Oriente, bajo la denominada Operación Primavera Árabe, hasta llegar a Siria, desconociendo al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, ONU; y de paso engendrando ese monstruo político representado por el Estado Islámico.
La crisis de los refugiados, es el costo político que hoy paga Europa y los países que apoyaron esas intervenciones belicistas, cuyos gobiernos y líderes políticos están hoy deslegitimados, generándose un caldo de cultivo que hace florecer los viejos nacionalismos y los fundamentalismos que promueven el separatismo y la independencia, poniendo en jaque a la integración.
En términos financieros, la decisión significó la pérdida de 3 trillones de dólares, contabilizados a los dos días siguientes de la decisión; y siguen registrándose efectos negativos, como en el caso de América Latina, países donde quedan sin efecto los tratados de libre comercio firmados con Gran Bretaña, al amparo de la UE.
Que el aleteo de una mariposa en Nueva York puede causar un terremoto en Tokyo, es un efecto comprobado por la Teoría del Caos. La cuantía de los daños directos y colaterales pareciese que no estuvo presente en las medidas políticas y su ejecución por parte de las potencias aliadas que hoy pretenden continuar interviniendo en la geopolítica, repartiéndose el mundo bajo el mismo esquema de la hegemonía con el cual lo hicieron con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial.