Habitantes del norte de Barquisimeto denunciaron que se ven obligados a trasladarse a establecimientos comerciales ubicados al centro y el este de la ciudad, pues en donde viven se les hace imposible adquirir productos regulados porque no se ven con regularidad y cuando hacen presencia, son víctimas de la corrupción de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Residentes de comunidades como El Trompillo, Pavia, San Jacinto, Alí Primera, El Cují y otros sectores, quienes se encontraban en distintos establecimientos con la esperanza de poder hacerse con alimentos a un precio accesible, expresaron al equipo reporteril de EL IMPULSO que a dichas zonas no llegan los productos y “cuando aparecen en los comercios, la Guardia Nacional se lleva las cavas o quitan toda la mercancía”.
No obstante, las denuncias en contra de los uniformados no se detienen. Un numero grupo de personas que hacían la cola de discapacitados enseñaron su limitaciones y acusaron ser atropellados por castrenses de la GNB en el Garzón.
“Exigimos respeto a los discapacitados, en todos los lugares le dan prioridad a la atención preferencial mientras que los Guardias de aquí lo que han hecho es faltarnos el respeto”, declaró Aracelis Arrieche, quien perdió el sentido de la vista.
“Tenemos que andar cazando para ver dónde podemos conseguir productos”, reprochó la señora Luisa Martínez, quien se trasladó desde el urbanismo Alí Primera hasta el Garzón la madrugada de ayer con el optimismo de poder comprar comida para su familia.
“Esto es para ponerse a llorar, estamos pasando mucho trabajo en El Trompillo”, lamentó la ama de casa María Colmenárez, quien salió desde temprano en busca de harina de maíz precocida y logró conseguirla en un local administrado por personas de origen asiático al este de la capital larense.
CLAP no cubren la demanda
Al mismo tiempo, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) están lejos de ser una solución contra la escasez de alimentos para los ciudadanos del norte, pues aseguran que en varios sitios “no ha llegado ni la primera bolsa”.
Tal afirmación, la realizó la señora Silvia Medina de Pavia quien cree que “la única solución sería que apareciera la comida”.
