La agresión perpetrada contra unos jóvenes seminaristas, en Mérida, es producto del odio y la violencia de grupos radicales afectos al régimen.
Al emitir su opinión sobre el particular, el padre Arturo Peraza Celis, Provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela, quien fuera entrevistado por EL IMPULSO, lamentó esta situación que ha afectado a unos menores, en primer lugar, y que no tienen militancia política, ya que así lo confesaron a sus agresores que llegaron al extremo de la vileza al golpear y desnudar a sus víctimas, lo que ha originado indignación en todo el país.
-¿Cómo observa esos ataques que, al parecer, tienen como objetivo golpear a la Iglesia?
-No creo que esto sea solamente contra la Iglesia. Considero que esto tiene que ver con el lamentable odio y la violencia sembrados en el país, que consiguen múltiples manifestaciones de modo anárquico y uno es este de los seminaristas maltratados en Mérida.
No creo que sea un ataque teledirigido, sino más bien expresión del odio y de la violencia que se ha extendido por todo el país.
Son grupos muy pequeños, pero radicalizados, que creen que a través de la violencia van a lograr imponer su posición personal y muy particular.
Es censurable la comisión de esa agresión por ese colectivo porque atacaron a unos menores de edad, no polarizados políticamente. Cuando se les preguntó si ellos eran chavistas u opositores, lo que respondieron fue que eran seminaristas. Y por eso los agredieron.
La agresión fue generada precisamente por el contexto cristiano que tiene la palabra seminarista.
Se trata de un abuso increíble, porque son menores de edad, que cursan en el Seminario Menor y, por tanto, apenas estudian el bachillerato. Censurable es la forma como fueron atacados salvajemente.
Por su parte, el sociólogo Nelson Fréitez, profesor de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, se refirió a la invasión de que fue objeto el Seminario Divina Pastora, de El Manzano. declaró que está comprobada la coordinación entre colectivos armados, organizados por funcionarios del alto gobierno, con organismos de la Fuerza Armada Nacional, que desplegaron su poder de fuego y sus violentas actuaciones en el 2014 y no han cesado desde entonces.
Estos colectivos han hecho acto de presencia en invasiones de terrenos privados y en actos de agresiones a instituciones públicas, que no controla el Gobierno.
Recientemente salieron unas declaraciones en el portal El Estímulo del Pedro Miguel Pérez Rodríguez, quien pidió la baja de la Armada, tras señalar que esta coordinación entre colectivos armados y funcionarios del alto mando militar lo llevó a tomar esa determinación.
La utilización de colectivos armados, como la del grupo El Frío, que tuvo una actuación muy intensa en el estado Lara en años anteriores, comprobó tener apoyo del gobierno.
Éste y otros colectivos bajo el supuesto de reivindicar el derecho a la tierra urbana y el derecho a la vivienda, han sido utilizados por el alto mando político y militar del proceso supuestamente revolucionarios, para invadir terrenos de propiedad privada y de organismos públicos que no son afines al Ejecutivo Nacional.
No es sorprendente que se utilice a estos colectivos para agredir a una de las instituciones venezolanas que tiene el más alto nivel de prestigio y de credibilidad, así como del reconocimiento social por parte de la población venezolana, como es la Iglesia Católica.
Los hechos de Mérida el viernes pasado fueron cometidos por grupos fascistas.