La división de mercados y abastecimiento del municipio Iribarren realizó la inspección realizada en el bazar “roperito”, que desde hace nueve semanas se ha establecido en la entrada de Bararida, específicamente en el parque La Música.
Giomar Rojas, director del ente encargado de garantizar que se cumpla la ordenanza referente a la venta en espacios públicos, se acercó al lugar para observar lo que catalogó como “un grave problema”.
Lo que nació de manera espontánea de parte de un pequeño grupo de personas que iban a intercambiar algunos objetos usados, hoy en día se convirtió en “un posible mercado San Juan”, dijo Rojas.
La idea original está lejos de ser lo que es ahora. En donde cada sábado en la mañana un gran grupo de personas asiste con pertenencias antiguas en buen estado, para venderlas.
Una enorme venta de garaje es el bazar; cuya expansión ha sido tanta que llegó a preocupar a las mismas personas encargadas de comenzar lo que parecía una buena idea.
Sandra Quintero, parte del grupo anteriormente mencionado, explicó que debido a la evolución se había considerado aceptar a 60 familias para que vendieran, pero lo de ayer se salió de control, abarcando un espacio considerable del parque y llegando a ser cerca de 100 vendedores.
“Nosotros le habíamos dicho a la gente que nos contactó que trajeran sus mesones para evitar dañar la grama y así fue, pero la voz se corrió y los que se ven en la tierra con sábanas son personas que se resistieron a irse”.
Quintero explicó que la difícil situación económica del país llevó a que tantas personas quisieran vender parte de sus pertenencias para así lograr conseguir otro ingreso. Asimismo destacó que nunca se tuvo la intención de que creciera tanto, asegurando que “no se quiere ser un mercado y se busca preservar las instalaciones. Por esto también contactamos a Rojas para que nos asesore y evitar inconvenientes”.
Por su parte el director citó al consejo comunal del lugar para mantener un encuentro e intentar resolver el problema. Aseveró que se hará respetar la ordenanza que contempla que ese tipo de mercados están prohibidos debido a que se obstaculiza el paso y el acceso a áreas públicas.
“Esto se escapó de las manos, es más grande lo que se pensaba y no se puede permitir que siga creciendo porque si no tomará todo el parque”, expuso.
De manera amigable los miembros del consejo comunal, encargados del bazar y el director hablaron sobre el problema y las partes coinciden en que es necesario hacer algo para evitar que se dañen los espacios.
Rojas dijo que no se quiere atropellar a nadie, pero que sin duda alguna se hará cumplir la ley debido a que no se puede permanecer en anarquía. De igual forma destacó el hecho de que los vendedores necesitan un permiso sanitario para ofrecer ropa usada, debido a que no se sabe la procedencia de la misma, representando esto otra traba legal.
