Un grupo de hasta nueve hombres armados (pertenecientes al grupo terrorista de El Estado Islámico) atacó la noche del viernes un restaurante frecuentado por extranjeros en una zona diplomática de la capital de Bangladesh, donde tomaron rehenes e intercambiaron disparos con las fuerzas de seguridad, informaron las autoridades y un testigo.
Un policía murió a causa de sus heridas en el hospital, de acuerdo con su sobrino Mishu Hasan. Las autoridades aún no informan ese deceso.
El director de las fuerzas de élite contra la delincuencia dijo a la prensa que sus hombres trabajaban para salvar las vidas de las personas secuestradas en el interior del restaurante Holey Artisan Bakery. Se cree que hay algunos extranjeros entre los rehenes.
«Algunos jóvenes descarrilados entraron en el restaurante y pusieron en marcha el ataque», dijo Ahmed Benazir.
«Hemos hablado con algunas de las personas que huyeron del restaurante después del ataque. Queremos resolver esto pacíficamente. Estamos tratando de hablar con los atacantes, queremos saber de ellos qué es lo que quieren».
Un enorme grupo de guardias de seguridad acordonaron la zona del restaurante e intercambiaban disparos con los atacantes, que también detonaron explosivos.
Los atacantes entraron al negocio, en el área de Gulshan en Daca, alrededor de las 9:20 de la noche del viernes, y tomaron como rehenes a comensales y empleados, reportaron las estaciones televisivas locales. Los reportes de las televisoras informaron que de inmediato se desconocía la identidad de los atacantes.
«Algunos de los nuestros han resultado heridos. Nuestra mayor prioridad es salvar las vidas de las personas atrapadas en el interior», dijo Ahmed. No quiso decir cuántas personas quedaron atrapadas en el interior.
Al menos 35 personas, entre ellas 20 extranjeros, seguían atrapadas en el restaurante, de acuerdo con un empleado de la cocina, Sumon Reza, que era de las más de 10 personas que lograron huir por el techo.
Bangladesh, una nación de mayoría musulmana tradicionalmente moderada, ha visto recientemente un aumento de la violencia extremista. Casi dos decenas de escritores o editores ateos, miembros de minorías religiosas, activistas sociales y cooperantes extranjeros han sido asesinados desde 2013. La frecuencia de los ataques ha aumentado en los últimos meses. El viernes, un trabajador de un templo hindú fue muerto a machetazos en el suroeste del país.