“No hay” se ha convertido en el día a día de los estudiantes de la UCLA, quienes costean gran parte de los servicios que deberían ser un aporte de su casa de estudio, pero que debido a las condiciones económicas que la misma enfrenta, ha dejado de ser así.
Esto llevó a que los jóvenes del núcleo Obelisco y Tarabana se dirigieran al rectorado, para exigir directamente que se otorgue el pago de las becas, pues estos aseguraban que la universidad contaba con los recursos para poder cancelar tan importante ayuda.
Con una protesta hicieron el llamado directamente al rector, Francesco Leone, para que se asignen las becas. Sin importar la lluvia, los estudiantes se mantuvieron en la vía con pancartas y quemando cauchos, evitando el paso de cualquier vehículo, incurriendo incluso en lo agresivo, al empujar a motorizados para no permitir que transitaran por donde se protestaba.
Con piedras en las manos algunos de los protestantes amenazaron a quienes pretendían pasar por el lugar, situación que se lamentó de parte de las autoridades.
Ninguno se salva
El malestar no existe únicamente en los núcleos anteriormente mencionados. Cada uno de los decanatos tiene sus propias dificultades que evitan un desarrollo adecuado de las actividades, tanto en las aulas como en general.
Tal es el caso de Ciencias de la Salud, que no ha podido dar inicio a las clases debido a que las bombas que surten de agua al recinto sufren algunos desperfectos, los cuales no han podido ser solventados por la falta de repuestos en el país.
Igualmente, se tiene el caso de los estudiantes de Medicina Veterinaria, quienes no cuentan con los insumos necesarios para sus prácticas. “Debemos costear las suturas, los reactivos para hacer los exámenes no se tienen y todo debe salir de nuestros bolsillos”, explicó Carlos Páez, cursante de dicha profesión.
Por su parte, el núcleo Obelisco se ve en la imperiosa necesidad de ser surtido por otros decanatos de la comida, para intentar cubrir a aquellos que más necesitan de tal ayuda.
Siendo esta una de las más importantes, hasta ayer alcanzaron los recursos para costear tal providencia; de hecho, Leone había tomado la decisión de suspender las actividades hasta que el dinero para comedor llegara, decisión que fue retraída en horas de la tarde debido a que el ministerio depositó 96 millones de bolívares para cubrir los meses de junio y julio.
