“Pertenezco a una generación que quiso cambiar el mundo, fui aplastado, derrotado, pulverizado, pero sigo soñando que vale la pena luchar para que la gente pueda vivir un poco mejor y con un mayor sentido de igualdad”. José (Pepe) Mujica
El uso del término civismo tuvo su origen en la Revolución francesa e inicialmente, aparece unido a la secularización de la vida que esta supuso.
La manera como fueron superados “todos” los obstáculos impuestos para la verificación de las firmas, como proceso obstruccionista, ante el ejercicio del Referendo Revocatorio constituye la ratificación de la cultura que la gran mayoría de los ciudadanos tenemos como parte de nuestra genética libertaria, aunada a un comportamiento ordenado y responsable y, desmiente la verborrea malintencionada que ha pretendido señalar como golpistas, vendepatria, pitiyanqui y ha querido utilizar cualquier adjetivo peyorativo contra todo aquel que, de una u otra forma ha querido ayudar a solventar la crisis que enfrentamos, actuando con buena voluntad; señalando errores y aportando soluciones.
Puede aseverarse, sin temor a errar que con nuestro comportamiento democrático, hemos dado al mundo uno de los más grandes e inobjetables ejemplos; que podemos respetar las leyes, contribuyendo así con el correcto funcionamiento de la sociedad y el bienestar de los miembros de la república.
La preocupación y cuidado de las instituciones e intereses de la nación forman parte de ese civismo. Es por ello que en la Red de Instituciones Larenses nos hemos aferrado a nuestros principios y valores; a nuestra Visión y Misión, como una manera de ser, defendiendo la pluralidad dentro de la libertad de pensamiento como organización apolítico partidista que somos. En lo que a urbanidad se refiere, hemos fijado pautas de comportamiento social que nos han permitido convivir en colectividad, basándonos en el respeto al prójimo, al entorno natural y a los objetivos públicos.
Puede magnificarse y masificarse el comportamiento cívico de nuestra gente al acudir masiva, ordenada y con el máximo, y determinante respeto entre nuestros conciudadanos; al entorno natural y a los objetos públicos. La educación, urbanidad, cortesía, solidaridad y altruismo quedó demostrado en la forma como cada quien colaboró con todo aquel que lo necesitó en las horas interminables que tuvieron que estar en las colas y migraciones que se hicieron para vencer las trabas impuestas. La amabilidad fue la manera acertada de evitar los conflictos. Se tuvo la capacidad y conducta necesaria para convivir en sociedad, respetando y teniendo la consideración suficiente entre los ciudadanos que proponen el uso de un instrumento constitucional, como propuesta alternativa para solucionar la grave crisis que enfrenta la república y que algunos califican de humanitaria.
Pareciera ser causalidad que el génesis de la Red estuvo en la defensa de nuestra magna casa de estudios la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado porque la educación es considerada un prerrequisito que ayuda a tomar decisiones y enfrentar a quienes engañan.
«Las democracias deben exigir el comportamiento de buen ciudadano”.
Es indispensable tomar medidas jurídicas, políticas, económicas y sociales que solventen la grave problemática que devasta la esperanza de quienes otrora vieron en Venezuela la Tierra de Gracia creada por Dios… venciendo el atropello, corrupción, delincuencia, impunidad y el desabastecimiento.
