El personal de la Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL), continúa a la espera de alguna buena noticia sobre su futuro, pero hasta este lunes no había ninguna en esa dirección; por el contrario, sólo les llega negatividad a la posible solución a su grave problema de desempleo en que han quedado desde la pasada semana.
Aunque entre ellos, supuestamente, habrían acordado no suministrar más declaraciones a los medios, de manera extraoficial se pudo conocer que durante el fin de semana algunos de los empleados que aún permanecían en la empresa fueron llamados para entregarles las cartas de despido.
Este procedimiento, considerado ilegal por la mayoría, lo estaría adelantando personal de la junta interventora de la corporación.
De acuerdo a integrantes de ese personal, esa junta no estaría autorizada para despedir a nadie pues eso correspondería a una junta liquidadora, cuya constitución o nombramiento no ha sido publicada en Gaceta Oficial.
En total son 467 padres y madres de familias los afectados por los despidos en la central de la empresa en Barquisimeto y más de 3 mil a nivel nacional.
A los locales les está impedido el ingreso a las oficinas donde laboraron durante los últimos años, lo que les obliga a celebrar reuniones en las inmediaciones.
En ellas, algunos de los que fungen como líderes o coordinadores, aportan algunas informaciones, aunque nada en concreto pues de Caracas no llega nada que les indique su futuro inmediato.
Cuando se corrió el rumor de que la CVAL sería eliminada, algunos pensaron serían incorporados a otros de los organismos relacionados con la producción o distribución de alimentos, pero hasta ahora no se ha hablado nada sobre el particular.
“Hasta tanto no decidan lo que va a pasar con nosotros seguiremos aquí, aunque no nos dejen entrar”, dijo uno de los empleados.