La situación de crisis que ha disminuido la generación en las centrales hidroeléctricas venezolanas, que a su vez, deja casi a diario parte del país sin el fundamental servicio de electricidad por prolongados espacios de tiempo, ha obligado a los venezolanos a buscar alternativas para autoproveerse de corriente, pues los comercios y las zonas residenciales se han visto considerablemente afectadas por los cortes de racionamiento a distintas horas del día.
Una de las opciones que más ha calado en la ciudadanía por su efectividad y aparente sencillez, es la implementación de los generadores motorizados de uso domésticos. Estos aparatos tienen la capacidad de transformar la energía mecánica en eléctrica, gracias a fuentes de combustible como gas, gasolina o diesel.
Sin mucha búsqueda se pueden apreciar, en sus distintos tamaños, dichos artefactos en hogares, pequeños establecimientos comerciales y empresas, pues han cobrado un auge importante porque conectadas al sistema eléctrico del lugar suplanta el servicio público casi a la perfección.
Sin embargo, inconscientes del peligro al que se exponen, las personas adquieren y utilizan estas plantas sin tomar en cuenta las medidas de seguridad necesarias e incluso sin saber manejarlas adecuadamente.
Intoxicación y demás consecuencias
Como toda máquina que funciona a partir de un motor de combustión, las plantas eléctricas emiten al ambiente gases tóxicos que se generan por la quema del combustible. Además se le suma el riesgo de incendio al trabajar con agentes altamente inflamables.
Asegura el jefe del Departamento de Prevención del Cuerpo de Bomberos de Iribarren, teniente José Maximiliano Mendoza, que el dióxido de carbono combinado con nitratos y otros gases que emanan, al igual que cualquier automóvil, representa una amenaza para la salud de los usuarios y que además, contamina el ambiente.
“Las personas se exponen a riesgo de incendio y de intoxicación al manipular las plantas sin ser cuidadosos”, dice.
La inhalación de este humo en espacios cerrados puede ocasionar, en el menos perjudicial de los casos, mareos y desmayos. Pero estar expuesto a estos gases por prolongados lapsos en lugares sin ventilación natural puede llegar a ser sentencia a muerte.
“Todo va a depender de los niveles de exposición y concentración”, aclara.
Advierte Mendoza, que empieza a ser peligroso cuando se permanece en lugares cerrados, que reúnen en su aire mil partículas de dióxido de carbono (CO2) por cada millón de partículas de oxígeno (O2), por más de 25 minutos.
Por lo que recomienda desde el cuerpo bomberil municipal en los casos domésticos, instalar y ubicar los generadores en áreas externas de las viviendas y establecimientos.
“No todos lo hacen porque desconocen el peligro y porque temen ser víctimas de la inseguridad”.
El incendio es otro de los riesgos latentes que se asumen al hacerse con una planta, pues cualquier fuga o manejo indebido de los combustibles necesarios para su funcionamiento puede ocasionar una tragedia.
“En las viviendas existe mayor riesgo de incendio que en los comercios porque a estos se les exigen cumplir con ciertas medidas de seguridad”.
Para evitar escenarios desafortunados, es necesario revisar previa utilización el artefacto, haciendo énfasis en el tanque de almacenamiento de combustible. También evitar almacenar gasolina o gasoil en grandes cantidades, y mucho menos colocarlas cercanas a la planta.
Algunos de estos equipos, generalmente se conectan al sistema eléctrico de las viviendas, por lo que es preciso realizar las conexiones adecuadas y utilizar el equipamiento requerido de acuerdo a las especificaciones de cada caso.
Contaminación sónica y ambiental
No contentos con emitir dióxido de carbono a la atmósfera y perjudicar al ambiente, la mayoría de estos generadores de electricidad emiten un ruido ensordecedor por la puesta en marcha del motor.
Esto representa un inconveniente especialmente en zonas residenciales, pues se puede traducir en consecuencias para la salud, entre las que se contemplan dolores de cabeza, anomalías de atención y alteración de la audición.
Sin embargo, se presenta la opción, recomendada por conocedores del tema. de instalar un aparato silenciador para amilanar el impacto sonoro. “Igualito que los carros algunas traen un silenciador y normalmente mientras más grande es, más ruido produce; no obstante, pueden conseguirse en el mercado de gran tamaño pero silenciosas, todo depende de la calidad de la planta”.
Tamaño de acuerdo al usuario
Por su parte, para el miembro de la Comisión Eléctrica Nacional del Colegio de Ingenieros del estado Lara, Antonio Patiño, este se ha vuelto en un instrumento casi obligatorio para gran cantidad de personas en Venezuela. “Se ha vuelto un negocio porque hay mucha necesidad”.
Ante este contexto insta a la ciudadanía a adquirir los generadores de acuerdo a sus necesidades.
“Para ello deben hacerse estudios previos, no puede ser que yo vaya a donde vendan plantas eléctricas compre cualquiera y me la traiga”, señala.
Existen distintos tipos de plantas que se distinguen principalmente por la carga eléctrica que son capaces de generar, la cual va proporcionalmente ligada a su tamaño.
Entre ellas, se encuentran las plantas pequeñas creadoras de entre 1 a 5 kilovoltiamperios (kVA), capaces de suministrar electricidad para una casa modesta.
Asimismo, se encuentran la denominadas “medianas”, aún portátiles, idóneas para el funcionamiento de clínicas, laboratorios y comercios, pues producen entre 10 y 15 kVA.
Y a su vez, se presentan en tamaño industrial, las cuales son utilizadas en fábricas y empresas grandes.
“La demanda del inmueble debe regir la capacidad de la planta que se debe tener en cuenta”.
Agrega que debe cuidarse con minuciosidad la conexión a la red eléctrica que debe hacerse al tablero central de la propiedad. “Hay que aislar cien por ciento del servicio público porque puede producir un cortocircuito peligroso”.
Asimismo, aseguró que actualmente las más factibles son las que funcionan con gasolina y diesel, pues es complicado conseguir gas para alimentar los motores que lo requieren.
Cabe destacar que el Gobierno nacional a través del Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica exige a las instituciones que consuma más de 100 kVA debe instalar una planta a objeto de colaborar con el racionamiento de electricidad, lo que Patiño cataloga como un hecho no muy producente para el ambiente.
Recomendaciones
Ante los peligros que representa la manipulación de generadores eléctricos portátiles a pesar de ser “aparatos muy confiables”, se recomienda:
- Ubicar al aire libre el artefacto, tomando en cuenta dirección y velocidad del viento.
- Manejar con precaución el combustible utilizado y no almacenarlo en grandes cantidades.
- Instalar silenciadores para reducir el ruido.
- Buscar asistencia calificada para la instalación y conexiones eléctricas.
- Hacer mantenimiento frecuente al equipo.
- Evitar hacer contacto con el motor en funcionamiento.
- Adquirir una planta acorde a las necesidades del inmueble.
Demandas eléctricas
Para cada inmueble, según señalan expertos, es recomendado emplear una planta generadora acorde a su demanda, por lo que es importante tener referencias de lo que consume:
- Casa pequeña: entre 1 a 1.5 kVA
- Casa con comodidades (aire acondicionado, nevera, lavadoras, televisores): entre 5 a 6 kVA.
- Mansión: 10 y 12 kVA.
- Comercio pequeño: entre 3 a 5 kVA
- Frigorífico, planta de hielo y otros: entres 5 a 10 kVA.
- Empresa pequeña: 15 y 50 Kw
- Colegio profesional (de abogados, médicos, contadores): aproximadamente 250 kVA c/u.
- Fábricas e industrias: entre 1.000, 2.000 y 3.000 kVA.