El papa Francisco pidió el sábado que el mundo no olvide nunca a las víctimas de la matanza armenia, registrada en la época del Imperio Otomano, en declaraciones durante una visita al imponente monumento del país en recuerdo de la masacre.
Horas antes, el pontífice había recibido una ovación en pie de sus anfitriones cuando describió el suceso como un «genocidio» planificado que pretendía aniquilar a un pueblo entero.
Francisco colocó una corona en el monumento y rezó en silencio de pie, con la cabeza gacha, ante una llama eterna mientras los sacerdotes locales lo bendecían con incienso y un coro cantaba himnos.
«Aquí rezo con pesar en mi corazón para que nunca vuelva a predecirse una tragedia como ésta, para que la humanidad nunca olvide y sepa cómo derrotar al mal con bien», escribió Francisco en el libro de visitas del monumento. «Que Dios proteja la memoria del pueblo armenio. La memoria nunca debe diluirse ni olvidarse. La memoria es la fuente de la paz y el futuro».
El papa volvió a referirse al suceso durante una misa en Gyumri, donde miles de personas se reunieron en una plaza para la única misa católica pública de su visita de tres días a Armenia. Gyumri, situada entre las colinas y campos de flores silvestres del noroeste del país, es desde hace tiempo un feudo de la cristiandad, y Francisco acudió al lugar a rendir homenaje a los que mantienen su fe en tiempos de dificultades.
«Los pueblos, como los individuos, tienen una memoria», dijo a la multitud ante un altar improvisado. «La memoria de su pueblo es antigua y preciosa».
Hace tiempo que el Vaticano es cercano a la causa armenia, y considera a la empobrecida nación de 3 millones de personas, en su mayoría cristianos ortodoxos, como un bastión de la fe y el martirio en una región de mayoría musulmana. Armenia fue además el primer país del mundo que adoptó el cristianismo como religión de estado, en el año 301.
El viernes, en su discurso más seguido del viaje, Francisco añadió sobre la marcha el término «genocidio» a su texto preparado, colocando la matanza de armenios en 1915 junto al Holocausto y las masacres del estalinismo como las tres grandes matanzas masivas del siglo XX.
No hubo reacción en un primer momento de Turquía, que el año pasado retiró su embajador del Vaticano y acusó a Francisco de difundir mentiras cuando describió por primera vez las masacres como genocidio. Turquía rechaza ese término, afirma que la cifra de 1,5 millones de muertos que citan los historiadores está inflada y asegura que murió gente en ambos bandos en el colapso del Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial.