Vivimos un estilo de vida consumista que nos obliga a generar varios kilos de basura al día.
Estos desperdicios son sacados de las casas para que los organismos encargados la recolecten y desechen. Vemos las calles atiborradas de basura, caminamos por una alfombra de desperdicios y malos olores que contamina todo nuestro ser. Este asunto se le ha ido de las manos a los planificadores y gobernantes. No han resuelto esta problemática que es de vieja data.Aquí no hay cultura de uso correcto de la basura, tampoco de limpieza. La gente tira los desperdicios en la calle sin percatarse del daño que se hace y le hace al otro. En las familias, escuelas y sociedad no se trata el asunto de manera adecuada. La cultura de la limpieza y el orden debe prevalecer en una sociedad civilizada.
Autoridades y población deben trabajar en el asunto, como un asunto prioritario de las ciudades. Los vertederos de basura, los rellenos sanitarios, la quema de basura a cielo abierto, el uso de los desperdicios para producir otros bienes, en fin todo lo relacionado con esta materia.
Se debe legislar urgentemente y antes de ello, hacer campañas para educar en esa materia. Las leyes deben sancionar a quien lanza basura, a quien la quema ocasionando contaminación en una comunidad, a quien coloca desperdicios en sitios prohibidos… Las sanciones económicas son las que más efectos positivos causan, así que se deben usar de manera implacable para quien viole las ordenanzas. Mientras no se sancione, no habrá consciencia del papel del ciudadano. Poner orden en una problemática no es imposible.
Se debe buscar una solución a los perros callejeros que rompen las bolsas de basura y riegan los desperdicios contaminando el ambiente. Por ejemplo: se apresan a los dueños de los animales, se les obliga a tenerlos en casa o se instalan guarderías para perros, de tal manera que alguien los adopte y los tenga atendidos como ellos merecen. Los empresarios pueden elaborar bolsas de material lavable, fuerte que no se rompa con las mordidas de los animales, también, fabricar una sustancia que sea irritable al olfato de los canes y que de esta forma no se acerquen a los desperdicios.
Por otra parte, en las urbanizaciones se deben colocar contenedores para clasificación del papel, cartón y desperdicios que permitan reciclar esos desperdicios. Cada comunidad debería hacerse responsable de la basura y generar ingresos con ellos. La responsabilidad es de todos.
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