Hoy quiero dirigirme ante ustedes como ciudadana, madre y abuela nacida en esta tierra bendita llamada Venezuela, que se siente vulnerada y dolida por tanta expresiones que usted a diario emite y en ofensa hacia los Venezolanos. Quisiera comenzar mencionando unas frases de dos grandes políticos de América:
“La justicia es la reina de las virtudes republicanas, y con ella se sostiene la igualdad y la Libertad”. Simón Bolívar.
“Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacer es no despegar los labios”. Abraham Lincoln.
Esto viene a colación al oírle pronunciar unas frases en las cuales (como siempre) insulta a los oponentes a su gobierno, al creer que los ofende al compararlos con seres humanos que nacieron con el síndrome del autismo.
Perdone que exprese mi humilde opinión, como educadora y a la vez como abuela de un ser maravilloso que tiene esta condición. Este ser nació en esta tierra, su nombre es Arturo; por cierto nombre de rey. Pero sus padres, al no conseguir ni ayuda ni tratamientos, terapias etc, ya que en este país no hay ninguno de ellos, para esos niños con esa condición, tuvieron que emigrar a otro país para conseguirlo. En ese país, aun cuando es pequeño, la educación y la salud son primordiales para sus habitantes; por cierto, es uno donde no existen militares.
Su padre, excelente profesional graduado en ingeniería eléctrica, de los primeros en su promoción en la que ustedes llaman la cuarta república (aunque como educadora creo que las repúblicas no deben tener apelativos), tuvo que dejar su trabajo e irse en pos de la educación para su hijo.
Hoy ese joven recibe su educación especial y, es tan brillante que habla dos idiomas y desea aprender otro. Su desempeño le ha permitido salir en página central en una revista nacional de inteligencia y avance en la tecnología comunicacional. Es un joven amado por sus padres y su hermana.
Por eso le pido respetuosamente que antes de querer ofender a los venezolanos comparándolos despectivamente, tanto con los síndromes de down como los autistas, lo piense un momento y medite, antes de proferir estos nombres como insulto.
Ya que quienes tienen esta condiciones, son seres luminosos que son amados y respetados por todos quienes lo conocen y finalizo con esta frase que he leído por algún lado: “Uno, es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice”.
Respetuosamente,
Carmen Dolores Mendoza