Este jueves se congregaron en la plaza Alfredo Sadel un grupo de pacientes renales, diabéticos e hipertensos, junto al gremio médico para levantar una sola voz y exigir que se declare la emergencia humanitaria y de crisis de salud que se presenta en el país.
La actividad estuvo organizada por la cátedra de Derechos Humanos de la Universidad Centroccidental Lisando Alvarado (UCLA) junto a la Organización de Médicos Unidos, para darles apoyo en esa manera a los pacientes en riesgo, que están requiriendo con urgencia medicamentos para preservar su vida.
“Estamos exigiendo la declaratoria de emergencia humanitaria, porque realmente según la federación farmacéutica, en promedio, el 85% de los medicamentos no se consiguen, y cada vez el estado venezolano invierte menos en salud. Nuestros pacientes se encuentran en un grave riesgo, hasta el punto de perder la vida”, expresó el sociólogo Nelson Fréitez.
Indicó que estas acciones de callen buscaban presionar la situación tan grave que se está presentando en el país en materia de salud.
“Cómo es posible que el estado venezolano gaste 5.600 millones de dólares en armamento, aviones de combate y baterías antiaéreas; debería invertir esos recursos precisamente en preservar la salud de todos los seres humanos”.
El panorama para lo que queda de año en el ámbito de salud se seguirá deteriorando, según el especialista. Por otro lado, tienen pensando dirigirse a estancias internacionales para denunciar la cantidad de personas que están siendo gravemente afectadas, y de esa manera a nivel mundial se conozca que el estado venezolano es insensible por mantener una apariencia política, y ocultar que la gente está falleciendo.
“El gobierno permite que la gente muera a diario, sin hacer nada al respecto para mantener su imagen intacta a nivel internacional”, añadió.
Los pacientes comentaron cómo han tenido que reducir sus medicamentos como una estrategia para rendirlos, y bajo el estrés y la incertidumbre que viven cada día cuando tienen que visitar farmacia en farmacia para tratar de conseguir los fármacos, pero casi siempre el resultado del cacheo es negativo.
Los convalecientes desesperados y con temor que en cualquier momento se puedan descompensar, por simplemente no cumplir el tratamiento debidamente o suspenderlo por su ausencia, enviaron un mensaje al país:
“Nos vemos afectados por el número de maquinas dañadas y la falta de fármacos, y es algo que necesitamos para poder subsistir los enfermos renales. He visto como han fallecido 20 personas en la Unidad de Diálisis porque han tenido que reducir las medicinas y las horas de tratamiento para estirar el recurso. Queremos alzar la voz y que el país conozca que sí existe un crisis de salud”, exclamó el paciente renal, José Filardi.