El panorama se observa oscuro, difícil, aún así considero que tenemos posibilidades de salir adelante.
Esto no se termina hasta que nos demos cuenta que debemos unirnos para luchar juntos por un país más próspero y en armonía.
La unidad es básica, desechar el egoísmo y centrarse en ayudar al prójimo es un aprendizaje que debemos sacar de esta hora. La escasez de alimentos, medicinas y bienes es competencia de todos. Esa problemática no afecta sólo a un grupo sino a todo el conglomerado, sin distinciones.
Los que se aprovechan de esta situación tienen un karma grande porque están causando sufrimiento a otros. Ahora, creo que nos hemos dado cuenta que no producimos, que abandonamos la tierra para poblar a las ciudades de miseria, que nos conformamos con poco, que somos sumisos, tranquilos y esperamos que otros nos resuelvan los problemas sin que levantemos un dedo por flojera, pereza mental.
Nuestros padres y familiares han cometido el error de darnos todo lo que necesitamos cuando pudimos conseguir esas mismas cosas con nuestro trabajo creador. Por esa razón seguimos esperando que “papá Estado” nos provea todo, esperando como un pichón que su madre le dé en la boca la comida.
Eso ha sido muy negativo, cada persona debe contribuir con su familia en la medida de sus posibilidades y edad, de manera equilibrada, no dejarles toda la carga a los padres o a la madre.
Entonces, debemos revisar los patrones de crianza de los niños y buscar otros esquemas que tangan como centro el trabajo en equipo. La otra solución es la escuela, allí deben desarrollar el pensamiento, porque toda crisis es un caudal de oportunidades para inventar.
Ya deberíamos haber creado una proteína económica y accesible para que la población se nutriera y no padeciera hambre, cultivos más rápidos y económicos, ropa y calzados más económicos. Lo que nos está pasando demuestra que no pensamos, que no buscamos la forma de salir de una situación problemática, las buenas ideas germinan en mentes entrenadas para ello.
¿Qué ha hecho la escuela? Darnos una educación memorística y vacía que no lleva al crecimiento de ningún ser. Si tuviéramos adiestrado el pensamiento creativo ya estuvieran lloviendo ideas y proyectos para avanzar y salir de este atolladero en todos los órdenes.Debemos revisar a profundidad el sistema educativo y los patrones de crianza para renovarlos y formar ciudadanos comprometidos, críticos, participativos y especialmente, creativos.