Messi se puso en el bolsillo a los aficionados y la prensa estadounidenses, rendidos ante los goles, la calidad y el récord histórico del crack argentino, que puede dar impulso a que el fútbol en ese país por fin pueda despegar.
En un país donde el espectáculo es rey y mucha personas no entienden que al final de un partido no haya un ganador, Messi regaló en la semifinal de la Copa América Centenario ante el anfitrión un show que no será olvidado.
El moderno NRG Stadium de Houston (sur) repleto con 70.858 espectadores en su mayoría locales, récord para un partido de fútbol, estalló como si se tratase de un gol cuando la ‘Pulga’ salió a precalentar, en un preludio de lo que vendría.
Hubo gritos de aliento «¡USA!¡USA!¡USA!» para alentar a Estados Unidos a buscar el milagro, pero a los tres minutos Messi demostró que estaba inspirado con un suntuoso pase a Ezequiel Lavezzi para que el delantero abriese el marcador.
Cada pelota que el astro argentino tocaba parecía tener destino de red y levantaba un murmullo general.
El aliento al local se fue apagando de a poco ante el asombro de ver en carne y hueso a ese jugador que a su paso por Chicago una semana atrás fue comparado con la leyenda del básquet de la NBA Michael Jordan.
Pasada la media hora, al crack del Barcelona le cometieron una falta cerca del área grande y la cobró con un espectacular golazo que le sirvió para convertirse en el máximo artillero histórico de su selección con 55 tantos.
“Lionel Messi se paró con calma con el balón a unos 23 metros del arco, contemplando las posibilidades, que para él a menudo parecen ser casi infinitas», describió este miércoles el New York Times al relatar el momento previo al disparo.
Para el prestigioso periódico neoyorquino, la semifinal del martes “reafirmó el lugar mayoritariamente aceptado de Messi como el mejor jugador del mundo».
Al final del primer tiempo, el entrenador alemán Jürgen Klinsmann y sus jugadores habían comprendido que no hay manera de detener a Messi cuando está iluminado.
“Los estadounidenses hablaban de respeto por Messi, pero también que pensaban que era humano. Ése fue su gran error», afirmó en el arranque de su artículo este miércoles el diario Houston Chronicle.
“Habitualmente no lo es. Definitivamente no lo fue el martes por la noche», sentenció.
