Para recordar: “Jesús lloró” Juan 11:35
Cuando Jesús vio a María y los judíos llorando,“se estremeció en espíritu y se conmovió…”. Allí nació el versículo más corto de la Biblia: “Jesús lloró”.
¡Así que no es malo llorar! Hasta Jesús lo hizo. Lo malo es afligirsecon desesperación.Como lo dijo el apóstol Pablo: “…no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza…” (1ª Tesalonicense 4:13). Porque Jesús es resurrección y vida.
Es evidente que el fallecimiento de mi padre ha causado dolor y nos tocó escribir este artículo con lágrimas en los ojos. No tanto porque no pudiera morir, sino porque su muerte fue intempestiva, mostraba vitalidad y lucidez. Pero, sentimos tranquilidad porque nuestro Dios le permitió sobrepasar el promedio de los más fuertes (80 años, según Salmo 90:10)
Por ello, compartimos con el profesor William Amaro G., en su artículo publicado en este prestigioso diario EL IMPULSO, 14/06/16, p. A4. Que el Señor, nuestro Dios, supo cuando llamarlo al descanso, justo el día 31 de Mayo de los corrientes, disfrutando un corto tiempo con uno de mis hermanos, el Dr. Miguel Ángel y su esposa Nohilsa. Ese día, se levantó a leer un libro antes de amanecer, como de costumbre, pero esta vez,se recostó y no despertó.
Resumir 95 años de la historia de Claudio Miguel, no es fácil, quien nació en Duaca, estado Lara, el 30 de Octubre de 1920.Fueron sus padres Miguel Singer (ϯ) y Ramona González (ϯ). Sus hermanas, la destacada comerciante Maridol de Ledezma, Sor Bertha María de Jesús (ϯ) y su hermano, Rafael González (ϯ).
Al fallecer su mamá, continuó la crianza Mercedes González, su abuela materna, quien vivió unos 110 años.Por necesidad, desde muy temprana edad, entre el juego y el deber se desarrolló en el comercio, fundando la empresa comercial: Supermercado La Ciencia, en los predios del antiguo mercado El Manteco. Vale decir: De sus 95 años de vida, trabajó unos 86.
Estando en Barquisimeto, tuvo a su hija María Eufemia (ϯ), cuya madre murió en el parto, fue también criada por su bisabuela Mercedes. Al pasar los años, se casó con el señor Héctor Díaz (bombero de profesión), trayendo felizmente al mundo a Eduardo Rafael y Sehlly Emperatriz. Hoy, ambos son profesionales.
En 1951, Claudio contrajo matrimonio con Thirsa Elena González Sánchez, de cuya unión nacieron cuatro hijos: Miguel Ángel, Hernán Rafael, Claudio Miguel y Eduardo Iván. Y Thirsa, mi madre, tristemente falleció en el exterior, producto de complicaciones cardíacas en 1968. Pero Claudio, junto a María Oracia, mi abuela materna, al lado de sus propios hijos,por nombrar alguno, Lic. Reinaldo Enrique, ayudó levantarlos bajo la dirección de Dios y verlos convertirse en profesionales.
Al pasar varios años, Claudio contrajo matrimonio con Trinidad Pérez, con quien compartió unos 36 años afectuosos y mutuo apoyo, que alcanzó a los hijos antes nombrados. Trinidad, descansó de los avatares de esta vida en el año 2011
Por su parte Claudio, cultivó incondicionales amistades, hasta sus últimos días. Llevó una vida ejemplar, como padre, familiar y amigo, llena de servicio, honestidad y auto crecimiento. Observó un régimen y filosofía de vida particular, que solo vienen de lo alto y tuvo la certeza de confiar siempre en la voluntad de Dios.
Fue esa Magna voluntad que le permitió ir al sueño de la muerte, en la Neerlandesa isla de Bonaire, donde fue sepultado. Y los que quedamos tenemos la convicción que Claudio Miguel, reúne las condiciones para el galardón que solo lo entregará Jesús: La vida eterna;el mismo Jesús que mostró el poder de resucitar a Lázaro, su amado amigo.