Las cosas están ahí; el mundo es una cosa. Indiferente. Tú estás ante el mundo y en el mundo. Tú y el mundo se dependen uno al otro en la palabra, pero tú ignoras al mundo como el mundo te ignora a ti. Sin embargo, tú tienes la palabra para interpretarlo. Pero no solo basta la palabra. La palabra es el recurso a tu disposición y servicio. Cómo puedes servirte de ella si el mundo no ha entrado en ti para poseerle, para revelarle, para traducirle en palabras. No es el mundo que se nos revela, son los escritores quienes revelan al mundo. Después de todo, se aprende a escribir desde la niñez y gran parte de la vida se nos va en palabras escritas, pero no es el tiempo el que puede otorgarnos la idea de ser escritores. No se es porque se escriba, porque escribamos. Un escritor es alguien que escribe, pero no es un ser que porque escribe hace literatura. Son actividades opuestas. Escribir es vulgar, hacer literatura es pulir esa vulgaridad.
Un escritor que hace literatura tiene que saber qué decir, cómo decirlo, por qué decirlo. Estos recursos motivacionales se adquieren con el conocimiento del mundo. Escribir no es ni siquiera conocer el idioma para vaciarlo en palabras, para graficarlas. Cuando se escribe… ¿Quiénes pueden darse el «tupé» de creer que porque escribe conoce su idioma? ¿Estoy entrando, acaso, al túnel que conduce a la literatura? La literatura es un arte como la música, como la danza, el ballet; como la pintura, como la escultura.
¿Tenemos acaso nociones de qué son las artes? El arte recoge las manifestaciones más puras y libres del deseo infinito del hombre por alcanzar la libertad. El arte es un modo de liberación del hombre mediante la aplicación de su intelecto. La literatura es un medio intelectual de las artes.
Para ser escritor se debe comenzar por la liberación de la mente. El hombre con la mente liberada de tantos prejuicios, de tantas mentiras, de tantas falsedades, incluyendo su fundamentado deseo de creerse escritor se refugia en ese estado para sentirse él, para soltar las amarras de la perversidad del mundo. Escribir no es saber, ni la escritura es una demostración de conocimiento. Si conociéramos qué es saber escribir, tendríamos el arma de sus técnicas, pero la escritura es un conocimiento personal que se adquiere con constancia y práctica. Conceptualmente el término literatura no es definible desde el origen de la palabra.
Ni siquiera abordándolo por la derivación: Lettera(letra) del italiano deriva del latín litera. Por lo tanto, ante la imposibilidad de su definición, para conocerla, se debe leer y leer mucho.